Un empresario gastronómico que fue baleado por un policía en una minimarket en 2019 cobrará una millonaria indemnización, tras demandar al Estado provincial, al uniformado y a los dueños de una a estación de servicio.
La agresión quedó registrada en las cámaras de seguridad del lugar que captaron cuando el empresario se baja de su camioneta con la idea de comprar algo en el minimarket, en el mismo momento en que el ladrón está adentro del comercio.
El delincuente había amenazado al empleado, quien optó por salir por la puerta trasera para avisar al policía que cumplía con un servicio extraordinario. En el video se ve, en el fondo, al empleado que se asoma y al policía que se va acercando a la puerta del minimarket.
Arma en mano, el policía se acerca -da la voz de alto, pero con la puerta cerrada- abre, e inmediatamente dispara contra el empresario que queda en el piso, en tanto que el ladrón logra salir e intenta escapar.
El policía lo toma de la manga del buzo, hay una suerte de forcejeo detrás de la camioneta -el vehículo no permite ver bien qué pasa- y luego los dos hombres reaparecen por detrás de la camioneta. El presunto ladrón cae, herido. Trata de levantarse, mueve los brazos y el policía lo toma de la mano.
Minutos más tarde, el ladrón muere consecuencia de un proyectil que le ingresó en la zona del tórax; en tanto que el trata de irse en la camioneta, pese a haber recibido un balazo que le perforó el hígado.
La demanda
Tras recuperarse el empresario demandó a los responsables –uniformado, Provincia y estación de servicio- por la suma de pesos $16.668.400. El reclamo de la víctima fue por a) incapacidad sobreviviente por la suma de $12.830.000; b) gastos de tratamiento y de traslado por $150.000; c) daño psicológico por $96.000; y d) daño moral por $3.59.400.
Según sostiene la demanda, en la noche del 2 de junio de 2019 el empresario ingresa conduciendo una camioneta VW Amarok al predio estación de servicio ubicada en la lateral este Acceso Sur, estacionándose frente al minimarket, dejando a su novia en el vehículo.
Su idea era comprar una bebida para que una de sus hijas llevara al otro día al colegio. Cuando ingresa al local advierte que delante de él se encontraba una persona de espaldas sobre el mostrador como hurgando algo: como no había ningún empleado en el salón, interpretó que podría ser un empleado. Pero en ese momento observa que esa persona se incorpora y se vuelve contra la salida del minimarket insultando y antes de llegar a la puerta regresa el mostrador.
Mientras tanto él permanecía parado dentro del salón esperando en turno para que lo atendieran, pero inesperadamente recibe un impacto de bala que le atraviesa el brazo, el tórax y el abdomen y lo deja tendido en el piso.
Desde el piso, mira hacia afuera del local y ve a un policía disparándole a la persona que estaba antes que él en el mostrador, por lo que movido por su instinto de supervivencia se levanta, camina con las manos en alto, y sale, observando en ese momento que el policía está detrás de su camioneta y el ladrón en el piso, tiritando.
Con las fuerzas que le quedaban, se asoma al interior de la camioneta y ve que su novia estaba inmóvil, oculta en el piso del vehículo. Entonces le dice que lo dispararon, que lo lleve al hospital. Como la joven no reacciona, se sube a la camioneta, intenta sacar el freno de mano, pero no lo logra.
Minutos más tarde una ambulancia del SEC lo traslada al Hospital Central, ingresando con pronóstico reservado e inmediatamente fue intervenido quirúrgicamente permaneciendo internado 19 días.
Posteriormente fue ingresado varias veces a otros centros asistenciales y hasta la actualidad el hombre se ha sometido a diversos tratamientos y rehabilitación.
El caso tuvo su costado civil: el 15 de octubre de 2020 se dictó sentencia en la cual se condenó el policía por el delito lesiones graves dolorosas calificadas por su condición de personal policial en concurso real con homicidio culposo, como cierre de un juicio abreviado.
El fallo
Ahora, un juez de Tribunal de Gestión Asociada Tercero, dictamino que las tres partes demandadas son responsables del hecho en forma recurrente. El uniformado, porque fue condenado; el Estado porque el policía se encontraba cumpliendo con un servicio extraordinario que legamente son una continuación de los servicios ordinarios; y la estación de servicio por la relación de consumo con el cliente.
El tribunal estableció la suma de $78.000.000 por los daños sufridos: el incidente le dejó 51% es el porcentaje de incapacidad parcial y permanente, además de problemas físicos, sociales y laborales.
Tras considerar gastos médicos por $360.000, La sentencia sostiene que “un hecho gravísimo como el que sufrió el actor, enteramente atribuible a los demandados, cause angustia, dolor, enojo, todos sentimientos que modifican disvaliosamente su faz espiritual”.
Además, al ser un accidente de gran magnitud, debió ser intervenido quirúrgicamente varias veces, con varias internaciones, en tanto que actualmente el hecho “le siguen generando dolores, molestias y angustia”
Por eso consideró justa la suma de $15.000.000 por daño moral, “monto que previsiblemente cumplirá el rol gratificatorio o compensatorio que el resarcimiento está en estos casos llamado a cumplir, ponderando que con esta suma el actor podría adquirir un automotor o un viaje a Europa con sus hijos”.
Sumando todos los ítems establecidos, la sentencia ordena a las partes de forma recurrente el pago de $93.860.000, más los intereses correspondientes, lo que eleva la cifra a más de $110.000.000. La demanda puede ser apelada, ya el fallo es de primera instancia.