Sociedad
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hace 7 horas
Lo que comenzó como un momento de relax tras una jornada laboral en una peluquería de Recoleta el miércoles por la noche, terminó en tragedia. Un hombre sacó un arma durante lo que parecía ser una disputa laboral y disparó a su compañero en la cabeza.
El incidente tuvo lugar alrededor de las 20:00 en un local situado en la calle Beruti al 3.000, donde al menos cinco personas estaban disfrutando de algunas bebidas. Según se observa en los videos que circularon en las redes sociales, en un momento dado, uno de ellos sacó un arma de fuego y le disparó en la cabeza a Germán Medina, de 33 años.
Tras recibir el aviso al sistema 911, el personal del SAME llegó al lugar y llevó a la víctima al Hospital Fernández, donde se confirmó su fallecimiento. El joven trabajaba en la peluquería desde hacía un año como colorista.
“El paciente se encontraba en estado crítico cuando lo trasladamos, con un paro cardiorrespiratorio. A pesar de nuestros esfuerzos en el shock room del Hospital Fernández, lamentablemente falleció”, explicó Alberto Crescenti, director del SAME, en una entrevista televisiva. El médico subrayó la gravedad de la herida, un disparo en la cabeza, lo cual redujo considerablemente las posibilidades de salvarle la vida, a pesar de todos los intentos realizados.
Según reportes, la secuencia comenzó con una discusión en la peluquería luego de que cerrara al público. Testigos indican que la víctima, el agresor y otras tres personas (una mujer y dos hombres) permanecieron en el lugar “tomando bebidas”, hasta que la situación escaló hasta un desenlace trágico.
Repentinamente, el agresor, identificado como Luis Abel Guzmán de 43 años - aún prófugo pero identificado-, extrajo un arma de fuego de su vestimenta y disparó a Medina en la cabeza. Inmediatamente después, huyó del lugar del crimen, escapando por la ventana. Según informes, Guzmán había trabajado en el establecimiento durante diez años como mano derecha del propietario, Facundo Verdini, quien es el dueño de la cadena de peluquerías.
Qué dijo el abogado de la peluquería de Recoleta
“La jornada transcurrió sin inconvenientes, peleas ni discusiones. Fue un día normal”, admitió Cristian Benítez, abogado de la peluquería Verdini. Benítez señaló que no había indicios de que algo así sucedería y sugirió que podría haber sido un tema de egos, aunque sin certezas.
Según Benítez, el propietario del local, Facundo, mencionó que la víctima estaba compartiendo experiencias sobre una fiesta, no relacionada con el trabajo, mientras esperaban para irse a casa. Explicó que tras finalizar la jornada laboral, las cinco personas presentes se reunieron para relajarse antes de cerrar el establecimiento.
El abogado sugirió que las imágenes revelan un resentimiento previo entre los implicados y que la competencia laboral podría haber sido un factor desencadenante. Sin embargo, enfatizó que la violencia no era la solución, subrayando que ambos eran trabajadores.
