Encontraron este miércoles al mediodía restos óseos en un edificio abandonado de Potrerillos, Luján de Cuyo y unas horas más tarde, de forma preliminar, confirmaron que se trata de huesos humanos. Ahora la investigación se centra en saber si tiene vinculación con el caso de Viviana Luna, la mujer desaparecida desde diciembre de 2016 y vista por última vez en esa zona.
Personal de Investigaciones se trasladó a un edificio abandonado en avenida Los Cóndores de la villa cordillerana, un lugar de referencia por parte del equipo que lleva adelante la causa. Los restos óseos habían sido advertidos por Marcos Herrero, un rionegrino contratado por la familia de Luna especializado en la búsqueda de personas y rastreos por la labor de sus perros.
En diálogo con El Nueve, el hombre contó que sus perros advirtieron “restos óseos que están en un estado carbonizado y quemado”, así como un “documento” y una “bolsa de carbón donde se encontró un elemento muy importante, una especie de cartera con bolsillos semiquemados en donde hay una información concreta”.
“Hay que analizarlo y depende de un antropólogo forense quien va a determinar eso, pueden ser restos óseos de Viviana como de otra persona. Son elementos muy importantes que se están aportando a la causa y ahora queda en manos de la justicia para que sean analizados.
Confirmación del Ministerio Público Fiscal
A través de un comunicado, el Ministerio Público Fiscal de Mendoza confirmó en horas de la tarde que los restos son humanos. “Se pudo determinar que los restos encontrados pertenecen a una persona, es parte de un cráneo. Y para obtener mas información se le realizarán las tareas correspondientes en el Laboratorio de Antropología Forense y posteriormente se va a remitir al laboratorio de genética para tratar de determinar la identidad”, aseguraron.
Tras el hallazgo se desplazaron uniformados de la policía, la antropóloga forense y personal de policía científica para analizar los restos y hacer una inspección en el lugar. También se hicieron presenten personal de bomberos ya que los restos estaban entre unos restos de carbón para que hagan la pericia correspondiente.
El personal corroboró lo hallado por el investigador privado y la Policía científica secuestró todo el material a los efectos de analizarlo. La causa está siendo instruida por el fiscal de la Unidad Fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello.
Viviana Luna: a casi cinco años, un caso sin resolverse
En la mañana del 7 de diciembre de 2016, uno de los hijos de Viviana la llevó en auto a un complejo de cabañas donde la mujer tenía una entrevista de trabajo.
El dueño de las cabañas declararía luego que, efectivamente, la entrevista se realizó y la mujer se marchó de lugar minutos más tarde.
Su hijo se había ofrecido a esperarla, pero ella le indicó que iba a ir a Piedras Blancas (paraje ubicado a varios kilómetros al oeste de Potrerillos) donde se iba a reunir con una amiga. La última vez que la vieron estaba ingresando a un quiosco de la zona. Después, nadie más la vio; nunca llegó a la casa de su amiga.
Días después de la denuncia de la desaparición, la fiscal Claudia Ríos dispuso una importante serie de rastrillajes por la villa y por otros lugares cercanos, con la participación de caballería, canes e inclusive el sobrevuelo de un helicóptero de la fuerza policial.
Según declaró una de sus hijas , su madre estaba de novia con un hombre llamado Cristian en lo que calificó como una relación “normal”.
Esta persona también fue convocada por la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos. El hombre reconoció la relación y no pudo aportar más datos sobre los últimos momentos.
Además de las intensas búsquedas, la Fiscalía de Homicidios siguió una pista que indicaba que en el Valle de Uco había una persona con las características de Viviana.
También se investigaron varios teléfonos celulares y, un dato no menor, se peritó la computadora de la mujer y allí se encontraron tres cartas dirigidas a sus hijos. Este material de índole privado fue entregado por la fiscal a quienes estaban dirigidas. La causa por averiguación paradero sigue abierta.
