Después de cuatro días de intensa búsqueda y preocupación, finalmente hallaron sanos y salvos al ciudadano ruso Adrián Zaitsev y a su hijo de 8 años. El hombre, autodefinido como un “Mesías” y de pasado carcelario en Bolivia por violencia familiar, se había llevado al nene de la casa de sus tíos, ubicada a la vera de la ruta provincial 17, en Neuquén.
La Policía encontró a Zaitsev y a su hijo Erik en cercanías del río Neuquén, a las 12.30 de este jueves, según confirmó el medio local LM Neuquén. En una foto se ve al sujeto y al menor recibir asistencia de la fuerza de seguridad.
Ambos se encuentran en buen estado de salud. De todos modos, el ciudadano ruso quedó detenido hasta que se aclare lo sucedido; además, se puso al bajo resguardo estatal hasta determinar si regresa a su hogar.
En las últimas horas, un puestero había afirmado que les había dado agua y comida, pero que después papá e hijo continuaron camino. Con este dato, la Policía intensificó el operativo durante las primeras horas de luz y logró cercar a Zaitsev.
De acuerdo con diario Río Negro, Zaitsev no había cambiado su fisonomía, como se creía en un momento, y seguía vestido con ropas camufladas, como fue fotografiado tiempo atrás.
Por su parte, el director de Seguridad de Añelo, comisario inspector Claudio Vinet, se mostró emocionado al momento del hallazgo con vida. Contó que cruzaron dos brazos del río para llegar a un lugar donde habían encontrado un pedazo de soga. Lograron dar con él y con el niño, tapados con un nylon negro, entre la maleza.
Detalló que Zaitsev dio un relato incoherente, por lo que quedó demorado.
La historia del ciudadano ruso que se cree el “Mesías”
El ciudadano ruso-uruguayo Kilin Adrián Zaitsev, papá del menor que era buscado, tiene una historia de vida llamativa.
Durante muchos años atendió a pacientes en Paysandú, Uruguay, aunque había aclarado que la mayoría de sus conocimientos provienen de un monasterio ortodoxo en los montes de Siberia. En ese momento, en 2016, trabajaba en forma transitoria en la Pastoral de Migraciones y tenía la idea de levantar un centro terapéutico, un sitio donde ellos puedan atender las dolencias de la gente con su método tradicional.
En 2020, Zaitsev quedó preso en Bolivia por violencia familiar. Incluso se conoció que en 2021 intentó fugarse por los techos, esconderse en un depósito de agua y hasta se hacía llamar el Mesías.
“Cuando le preguntaron si había pegado a su mujer, respondió que sí, que lo había hecho a propósito porque era a la cárcel de Palmasola donde debía ir. Detrás de las rejas, se veía sus manos y pies perforados y levantó su túnica para mostrar una herida en el costado. Dijo que unos rusos vinieron y lo crucificaron, pero que sobrevivió”, describió el portal boliviano EJU.TV.
Pero para la familia, en realidad, el sujeto padece problemas psiquiátricos. De allí la preocupación de lo que pueda pasar con Erik.
Antes de su episodio en Bolivia, allá por 2014, el ruso estuvo asentado en la zona de Vaca Muerta, donde vivía en una colonia rusa con su familia (la misma zona donde estaba el pequeño con sus tíos al momento de su desaparición). Allí cultivaban verduras orgánicas y él se dedicaba a la fisioterapia.