La Justicia ordenó la libertad de Mirta Edith Greco López, la mujer de 82 años que está acusada de haber terminado con la vida de su hijo, un hombre de 52 años diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA).
Esta mañana, a pedido del fiscal de Homicidios Carlos Torres, la jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado 2, ordenó la libertad de la mujer que sigue siendo investigada por el delito de homicidio agravado por uso de arma de fuego y por el vínculo, según informaron desde el Ministerio Público Fiscal.
El pedido de la fiscalía se fundamentó en que “no hay riesgo procesal de entorpecimiento probatorio o presunción de fuga”, por lo que la anciana seguirá siendo investigada pero en condiciones de libertad. Antes, el mismo fiscal había ordenado la prisión domiciliaria teniendo en cuenta la edad y el estado de salud de la mujer.
Inicialmente, la carátula del caso fue homicidio agravado en grado de tentativa pero, tras la muerte de Vicente Mazziotti, cambió a homicidio consumado.
La víctima había ingresado el 30 de octubre a la guardia del hospital Central con dos heridas de arma de fuego, presentando un derrame pericardíaco severo con neumopericardio (acumulación de una cantidad excesiva de líquido en la estructura de doble capa en forma de saco que rodea al corazón).
Frente al cuadro, se decidió el pase a quirófano para la realización de una estereotomía exploradora con control de hemostasia. Sin indicación neuroquirúrgica, quedó intubado, internado en recuperación cardiovascular. Pero el 12 de noviembre pasado, finalmente, falleció.
Drama familiar
El ataque se produjo el 30 a las 14 en una vivienda ubicada en calle Pedro Vargas al 100 de Dorrego. De acuerdo con las primeras averiguaciones, la mujer disparó dos veces contra su hijo, hiriéndolo en el abdomen y en la sien.
La agresora habría utilizado un revólver calibre 22 que era de su propiedad. Cuando los oficiales llegaron al lugar, la mujer confesó que había decidido matar a su hijo porque sentía “incapacitada para continuar cuidándolo”, confiaron fuentes policiales. El arma fue secuestrada en el lugar.
Los profesionales del Cuerpo Médico Forense evaluaron a la víctima, un hombre con trastorno del espectro autista (TEA). Simultáneamente, la presunta autora de los hechos “fue evaluada por los efectores de salud intervinientes para establecer su estado de salud físico y psíquico para afrontar un proceso judicial”, indicaron las fuentes.
El informe del Cuerpo Médico Forense le permitió al fiscal Torres establecer que la mujer no se encuentra comprendida dentro de las previsiones del artículo 34 inciso I del Código Penal, por lo que es imputable.