Horas claves transita la investigación de la riña del sábado en la noche en Guaymallén, que terminó con un ex preso muerto a puñaladas. Declararon los tres imputados y se desligaron para buscar la libertad, mientras se define la carátula de la causa.
Los hermanos Jorge (38) y Jonathan (35) Price y Walter Gómez (42), aconsejados por sus abogados, dieron su versión de los hechos que terminaron con la vida de Ariel Gustavo Sejas (31), tras una batahola que se desató en la esquina de Figueroa Alcorta y Oruro, en San José.
Mientras Gómez directamente manifestó que no estuvo en la escena, los hermanos explicaron que ellos no iniciaron la pelea y que intervinieron cuando la misma ya había comenzado.
Agregaron que, entre forcejeos y casi de manera accidental, hubo una serie de caídas y, en un momento, observaron cómo brotaba la sangre del cuerpo de la víctima, quien dejó de existir en el hospital Central tras ser trasladado allí.
Los Price en ningún momento reconocieron haber atacado con cuchillos a Sejas, más allá de algunas pruebas que los comprometen.
Parecida es la situación del otro acusado, primer sospechoso a partir de que la familia del fallecido señalara a un tal “Walter”.
Lo concreto es que hoy el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello sumará nuevas testimoniales de vecinos para tratar de seguir clarificando el panorama.
Corridas y golpes en la oscuridad
La secuencia del crimen es bastante compleja por la oscuridad en la que ocurrió -eran las 23.30 del sábado- y por la cantidad de personas que se vieron involucradas. En un principio se habló de alrededor de 10 sujetos, varios heridos y hasta disparos, que no llegaron a lesionar a nadie.
Incluso en las primeras 48 horas de la investigación hubo cinco detenidos -los imputados y dos hombres más-, que presentaron heridas y cortes producto de la riña.
Uno de ellos es el padre de los Price y el otro es un joven que había llamado a la línea de emergencias 911 por los incidentes que estaban sucediendo. Los dos ya quedaron desligados de la investigación.
Los tres sujetos que siguen bajo arresto fueron acusados por homicidio simple, en calidad de coautores. Es decir que todos habrían participado de igual manera en el homicidio de Sejas.
Escenarios legales
Respecto a la autoría, una las hipótesis que no se descarta es la de un homicidio en riña, delito excarcelable con penas de dos a seis años. Esta figura penal se aplica cuando son más de dos los agresores y no se puede identificar específicamente quién provocó la muerte.
Hay dos posibilidades más que maneja la fiscalía por ahora: legítima defensa (no es punible y se debe ordenar la libertad inmediata) o exceso de legítima defensa, que también resulta excarcelable pero que tiene condenas de uno a cinco años.
Esto se analiza porque Sejas empuñaba un arma blanca y atacó a varios vecinos.
Más allá de que estos posibles escenarios los beneficiarían, los acusados directamente se desligan del hecho y aseguran que no tuvieron responsabilidad.
El delito que hoy los tiene presos contempla de 8 a 25 años de cárcel en un futuro juicio en su contra. Por ahora siguen en la comisaría 25 de Guaymallén y no pasarán al penal hasta que el fiscal Pirrello defina la carátula del expediente.
El asalto que originó la gresca
Según reconstruyeron los pesquisas, en la noche del sábado pasado el ex convicto amenazó con una punta a un hombre y quiso robarle dinero para comprar una cerveza. Esta situación fue seguida por otros lugareños, que intervinieron y atacaron al presunto ladrón, que al parecer, antes había estado generando otros disturbios y pateando puertas.
El hombre se defendió de las agresiones pero, superado en número, le provocaron múltiples heridas de arma blanca. Una de ellas resultó letal ya que lo perforó a la altura del corazón, tal como detallaron los médicos que lo atendieron.
El fallecido tenía múltiples antecedentes: hurtos, robos agravados, intento de asesinato, coacciones y unas cuantas medidas pendientes, además de registrar ingresos a la cárcel. Incluso su padre, minutos después del hecho, le dijo a la Policía que hacía muy poco tiempo había recuperado la libertad.
