Pablo Ramón Arancibia (33) es el imputado por el brutal femicidio de Florencia Romano (14). Todas las pruebas indican que el hombre asesinó a la nena luego de que la hiciera ir a su casa en Gutiérrez engañándola por las redes. Sin embargo, hay otra línea de investigación que ubica en el centro de las acusaciones a la auxiliar de policía Soledad Herrera.
Herrara operaba en el Centro Estratégico de Operaciones (CEO) cuando un vecino de Arancibia llamó al 911 para denunciar un caso de violencia de género, la mujer inexplicablemente cortó el llamado. Sobre este punto, esta mañana la justicia realizó una inspección ocular para determinar la distancia entre la casa de Arancibia, en el pasaje Berra, y la comisaría 29, en López y Planes casi Padre Vázquez. Solo 250 metros separan ambos edificios.
El fiscal Jorge Calle junto a los abogados de la familia de Florencia Romano, Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena, recorrieron las dos cuadras y media de la comisaria a la casa de presunto femicida para cotejar el tiempo que hubiera tardado el auxilio policial en caso de que la operaria hubiera dado curso el llamado que cortó.
El resultado fue contundente: caminando una persona demora 4 minutos 38 segundos. En auto, el tiempo se reduce a menos de 1 minuto.
El fin de esta pericia es sumar pruebas para que la imputación contra la auxiliar Herrara incluya el agravante de “resultado muerte”. Es decir que la imputación sea abandono de persona seguido de muerte.
Esta inspección buscaba establecer que si la operario hubiera enviado un móvil al pasaje Berra, en vez de cortar el llamado, se hubiera podido evitar el femicidio de Florencia, o al menos, remarcaron los abogados de la familia de la víctima, se habría logrado detener a Arancibia en el lugar y evitar los cinco días de búsqueda y angustia de los allegados de Florencia.
El llamado al 911 que podría haber evitado el femicidio de Florencia
El sábado 12 de diciembre un llamado al 911 alertó sobre un “situación de violencia de género” en el pasaje Berra. La auxiliar Herrara cortó el llamado. El teléfono de Florencia fue apagado pasadas las 19. Por todo esto se estima que lo que escuchó el vecino fueron los gritos de la nena cuando era atacada por el hombre.
Además, en la inspección de hoy se estableció la distancia entra el departamento de presunto femicidia y el hombre que llamó al 911. Solo los separa una medianera. Este hombre aseguró en la declaración testimonial posterior, no en el llamado al CEO, que escuchó “gritos de una mujer”.
La operadora que desatendió un llamado al 911 que alertaba sobre un caso de violencia de género y que terminó con el femicidio de la adolescente Florencia fue imputada el miércoles pasado por la Justicia provincial, informaron fuentes judiciales.
Soledad Herrera fue imputada por el fiscal de Delitos No Especializados de Mendoza, Jorge Calle, por el delito de “abandono de persona en contexto de violencia de género en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Según la investigación, Herrera recibió el llamado de un vecino que alertaba sobre un caso de violencia de género y la sospecha de los pesquisas es que si la operadora hubiese dado curso al pedido de auxilio, la adolescente podría haber salvado su vida.
En tanto, la fiscal de Homicidios de Mendoza, Claudia Ríos, solicitó la prisión preventiva de Pablo Arancibia (33), el hombre detenido como sospechoso de haber asesinado a la adolescente.
El hecho ocurrió el sábado 12 de diciembre, cuando la adolescente visitó la casa de Arancibia en Gutiérrez, a quien había conocido por la red social Instagram, y desde entonces no se la vio más. Cinco días después, la víctima apareció asesinada y su cuerpo presentaba golpes, lesiones cortantes y además fue parcialmente quemada, según los resultados preliminares de la autopsia.