El último sábado, Mendoza nuevamente se vistió de luto debido al brutal femicidio de Alicia Angélica Galetto (68), quien presuntamente murió en manos de su ex pareja Daniel Rocamora (60) tras recibir tres disparos en su casa ubicada en el distrito Los Campamentos, de Rivadavia. Ahora la defensa pide el beneficio de la prisión domiciliaria para el acusado debido que hace poco recibió un trasplante de riñón y necesita recuperarse.
Alicia y Daniel eran pareja, llevaban un tiempo separados, pero el hombre continuaba disconforme con la distancia y comenzó a llenarla de amenazas constantes, hasta que el martes 7 de junio, la mujer decidió radicar una denuncia por violencia de género pidiendo ayuda.
A partir de ese día el Ministerio Público Fiscal dispuso un “rondín” policial por el cual un patrullero pasaba por la vivienda ubicada en la esquina de Lencinas y La Florida. Cada tantas horas, un uniformado se bajaba de la unidad y le golpeaba la puerta para comprobar que estuviera ilesa. Así fue la rutina, hasta el sábado 11 de junio.
Adentrada la siesta, Alicia recibió tres disparos por la espalda. Uno impactó en la cabeza y los otros dos en el toráx, pero uno de los proyectiles le atravesó el pecho. Cayó desvanecida al suelo y falleció en el acto.
Mientras el cuerpo de Alicia yacía en un charco de sangre, su ex pareja intentó dos métodos suicidas fallidos. Primero quiso prender fuego la vivienda con una garrafa, pero la poca llama que logró obtener fue rápidamente sofocada por los uniformados que, a esa altura, ya habían ingresado a la casa tras ser alertados por los vecinos que escucharon los disparos y llamaron al 911.
Luego, frente a los oficiales, Rocamora tomó un cuchillo y se lastimó un antebrazo buscando desangrarse al cortarse las venas. También se lesionó el abdomen.
Pero fue detenido a tiempo y por las lesiones debió ser trasladado al hospital Saporiti, donde quedó internado hasta ayer, cuando le dieron el alta y lo trasladaron a la comisaría 13 de Rivadavia, para que hoy sea llevado al penal.
¿Prisión domiciliaria?
El caso quedó en manos del fiscal de Rivadavia y Junín, Carlos Giulini, quien tras 48 horas de pericias y recolección de pruebas, imputó a Rocamora por “femicidio agravado por darse en contexto de violencia de género y por alevosía”, delito que prevé una única pena que es perpetua.
No obstante, mientras el presunto femicida se recuperaba en el hospital, la defensa pidió el beneficio de la prisión domiciliaria alegando que Rocamora ha recibido un trasplante de riñón hace muy poco tiempo y que necesita al menos seis meses de recuperación postoperatoria.
Esta condición deberá ser analizada en una audiencia, donde un juez colegiado del Este mendocino baraje la posibilidad, luego de que la fiscalía presente las pericias relacionadas al estado de salud del hombre, tales como si existe esa condición médica.
Otra de las opciones que tiene la Justicia es la posibilidad de que alguno de los penales mendocinos cuente con una plaza que cumpla los requisitos de cuidados especiales que requiere un paciente que haya pasado por una cirugía tan delicada. De haber, entonces Rocamora quedaría en la cárcel y no habría beneficio de domiciliaria.
De lo contrario, se deberá ambientar una vivienda que cumpla con todos los pedidos que exige la Justicia para poder monitorearlo con la tobillera electrónica.
