Condenaron a prisión perpetua a Lucas Pérez Vicentela (44), el sanjuanino que dio muerte a María Victoria Ruiz (44), la mujer asesinada a golpes en una casilla rodante en un camping de El Carrizal, en febrero pasado.
Esta mañana, durante una audiencia preliminar que terminó en un juicio abreviado, la jueza Viviana Moroci, le dictó la pena máxima a acusado por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio) en concurso ideal con homicidio criminis causa.
Previamente el jefe de la Fiscalía de Rivadavia, Mariano Carvajal, había cerrado con la defensa de Pérez un acuerdo para hacer el abreviado por el mismo delito por el que se lo investigaba y en el cual el sanjuanino se declaró culpable.
En una casilla rodante
Alrededor de las 11 del viernes 2 de febrero pasado ingresó un llamado a la línea de emergencias 911. El encargado del camping Rivadavia le indicó a la operadora del Centro Estratégico de Operaciones que de una casilla rodante apostada en el lugar y cerrada con llave salía un olor nauseabundo.
Además, informó que desde una pequeña ventana observó un bulto, que parecía el cadáver de una mujer en estado de descomposición que podría ser de la propietaria de la casilla cuyos ocupantes había visto por última vez el viernes 29 de enero, tras pagar una semana de estadía. Policías que llegaron al lugar corroboraron los dichos del encargado y encontraron el cuerpo de la víctima en avanzado estado de descomposición, sobre un camastro.
Por el estado de descomposición del cuerpo y los dichos de testigos, los pesquisas creen que Ruiz fue asesinada seis o siete días antes del hallazgo.
El martes 6 de febrero, tras una intensa búsqueda y un trabajo en conjunto entre la Dirección General de Investigaciones de Mendoza y la Policía de San Luis, Pérez fue detenido en la vecina provincia, en la localidad de Potrero de los Funes.
Durante la investigación la fiscal Valeria Bottini (instructora de la causa) y el fiscal Carabajal recolectaron pruebas de vital importancia para cerrar el caso: en primer lugar, las armas homicidas: un hacha y un martillo, en los que se encontraron rastros de ADN del imputado y de la víctima.
Según los estudios del Cuerpo Médico Forense, Ruiz murió por una serie de golpes recibidos en la cabeza que le produjeron algunas fracturas. Estas heridas habrían sido realizadas con esas herramientas que el presunto homicida había limpiado y luego ocultado, pero que los investigadores finalmente encontraron.
Por otra parte, hay registros fílmicos que lo ubican en el camping. Pero además hay testigos que lo señalan en el lugar e incluso uno que lo llevó en su auto desde Luján a Ciudad. Estos testigos participaron luego de una rueda de reconocimiento en la que señalaron sin dudar al imputado.
Los investigadores fueron más allá y plantearon el móvil del crimen: existe una denuncia de la mujer a Pérez, en la que sostiene que el hombre le habría robado 10.000 pesos y hay testigos que indicaron que la pareja convivía desde octubre pasado y que la relación era conflictiva. Con estos elementos la fiscalía sostiene la imputación: existió violencia de género.
Por otra parte, el condenado vendió el celular de la mujer en San Luis a un hombre por 40.000 pesos, lo que marca que se trató de un homicidio criminis causa: la mató para ocultar el robo.