El crimen de Natalia del Carmen Tagua caló hondo en la comunidad sanrafaelina y en particular en las integrantes de la agrupación social Madres Cocinando. La mujer de 36 años asistía a diario y realizaba tareas comunitarias en el barrio Constitución.
Natalia era madre de tres adolescentes (12, 14 y 16 años), tenía una leve discapacidad, un retraso madurativo, pero eso no le impedía colaborar con los vecinos y en particular con los niños del barrio Constitución y además su lugar de residencia.
Con Madres Cocinando preparaba la merienda para los niños que asisten al merendero y también colaboraba con las viandas que la agrupación entrega a familias de escasos recursos a diario, entre otras tantas labores solidarias.
“Todavía no caemos en lo que pasó, mañana cuando retomemos las actividades y ella ya no esté vamos a tomar dimensión de todo lo que pasó, va a ser un vacío muy grande el que deja porque era una persona increíble, servicial, siempre predispuesta a atender a los demás”, contó Eugenia Martínez, de Madres Cocinando.
Según comentaron quienes la conocían, el calvario de Natalia llevaba años. Arturo Sáez (41) se aprovechaba su discapacidad para mantenerla sometida, “le había hecho creer que no podía hacer nada sola, no le daba ni plata para comprarse elementos de higiene personal, la tenía encerrada en la casa”, comentaron.
En 2016 Natalia había denunciado por maltrato a Sáez, “fue la primera vez”, aseguraron.
Pero esa situación nunca varió hasta que Natalia tomó fuerzas y decidió apartarse de su esposo y padres de sus hijos.
Desde entonces “estaba recibiendo ayuda desde el área de la mujer y tenía también asistencia psicológica”, comentó Eugenia.
Por consejos de las personas que la querían y también por voluntad propia y ganas de superación, Tagua había comenzado a estudiar “porque ella quería leer y escribir, sostenerse sola, tener manejo de su plata, porque esta persona no la dejaba hacer nada, si hasta se tenía que llevar la comida a la casa de acá, porque no le daba plata”, agregó Martínez.
Precisamente, el agresor emboscó a Natalia cuando regresaba de la escuela. Allí la atacó, golpeó y degolló. Despés huyó mientras ella se desangraba y moría en plena calle.
Acoso constante
No hay conocida de Natalia que no comente que el acoso de Arturo Sáez era constante desde que se separaron.
Familiares y conocidos de Natalia aseguraron que la maltrataba psicológicamente porque “quería volver a la casa a toda costa”. Por esa sitaución el hombre tenía prohibición de acercamiento.
Incluso “lo había denunciado y hace como un mes y medio estuvo detenido. Después le dieron la libertad. Pero el domingo lo había vuelto a denunciar. Tenía miedo”, contó Eugenia.
Precisamente Arturo Sáez era buscado desde principio de semana por la justicia.
Marchan por Natalia
Madres Cocinando es una de las organizaciones que convocó a una marcha para pedir justicia por Natalia Tagua.
“Esta tarde vamos a marchar pacíficamente para pedir justicia por Natalia. Era una persona muy buena que tenía la capacidad de estar siempre con una sonrisa, feliz, bien predispuesta a atender a los otros. Es algo increíble lo que pasó”, dijo Eugenia.
La cita es para las seis de la tarde en el kilómetro cero de San Rafael.