“El Gato” Araya y otros 50 presos de Almafuerte demandan mejores condiciones de detención

Los reclusos han presentado en la Justicia un habeas corpus. Solo ven el sol durante 3 horas cada 15 días y sólo pueden ver a uno de sus hijos en cada visita permitida cada dos semanas.

“El Gato” Araya y otros 50 presos de Almafuerte demandan mejores condiciones de detención
Marcelo “El Gato” Araya es uno de los reclusos que pide mejores condiciones de detención.

Unos 50 internos que estaban en un pabellón de “máxima seguridad” de la cárcel de Almafuerte -entre los que se encuentra el célebre Marcelo “El Gato” Araya (55), con dos condenas a perpetua y otra por 15 años- presentaron un habeas corpus colectivo porque desde hace más de un año –desde antes de que comenzara la pandemia de Covid-19- se encuentran alojados en un pabellón de admisión y sus condiciones de detención se han agravado.

Si bien este pabellón no tiene problemas de hacinamiento –son 49 personas distribuidas en 22 celdas con dos camastros cada una- los reclusos reclaman que tiene problemas con la alimentación, pasan largas horas sin poder ver la luz solar, los baños no se pueden usar. Además se quejan, de las visitas restringidas, de la falta actividades recreativas, culturales, laborales, religiosas y espirituales.

Una vista del pabellón de admisión II.
Una vista del pabellón de admisión II.

A modo de ejemplo, en cuanto a las horas que puede tomar sol, sostienen que de 360 horas que les corresponderían solo pueden acceder tener 3 horas.

Otro ejemplo: para los 26 presos que han empezado a estudiar esta año, solo han recibido 11 lápices de colores, 4 lapiceras, 4 gomas de borrar y hojas, según se puede ver en el habeas corpus presentado por la abogada María Elena Quintero.

Todo comenzó el de enero de 2020, cuando estos detenidos fueron traslados de modulo V del ala IV al sector de Admisión II por orden de la Dirección del Complejo penitenciario Almafuerte II, ubicado en Cacheuta.

En principio el traslado iba a ser transitorio pero lo cierto es que llevan allí 65 semanas por lo que la mudanza parece ser permanente, “agravándoles en forma evidente las condiciones de detención”.

Almafuerte tiene cinco módulos y dos aéreas de admisión, creadas para los internos que van ingresando y cuyas condiciones edilicias son distintas a la de los módulos: tienen celdas 2,90 x 2,20 y cuenta con un patio interno 2,70 x 5,80, que “cumplen con un estándar mínimo en cuanto al tamaño, pero al no tener luz natural, perímetros ni patios abiertos, incumplen las condiciones de habitabilidad permanente”, dice el escrito.

Antes de la pandemia

Antes, cuando estaban en el módulo V, de máxima seguridad, con doble perímetro, manejado por grupos especiales tenían 17 celdas con un camastro por celda y un patio abierto donde podían estar doce horas por día.

Allí tenían terapia labora, salidas grupales a un espacio abierto sin custodia, podían criar pequeños animales de granja y cultivar hortalizas y verduras. Ali también habían construido ellos mimos una cancha de futbol donde jugaban los martes por la tarde.

El patio interno, sin luz solar.
El patio interno, sin luz solar.

Las visitas eran los miércoles de 9 a 17, tenían taller de carpintería e iban a la capilla, entre otras actividades que realizaron durante los últimos años hasta que fueron cambiados de lugar. Esto consolidó al grupo humano en beneficios de todos ya que no registraron problemas ni peleas entre ellos ni con los penitenciarios.

Situación actual

Pero en el último año todo cambio. Ahora no cuentan con patio con luz solar ni espacios de esparcimiento al aire libre. Y toda las actividades que tenían ya no las pueden realizar.

Ahora tienen una hora de sol cada quince días y los miércoles cuando realizan deportes, es decir tres horas de sol cada quince días. Esto le ha traído consecuencias para la salud: trastornos oculares, faltantes de vitamina D y problemas respiratorios, entre otros.

También sostiene que la alimentación es escasa y deficiente: el desayuno es una tortita “de ayer”, un sobre de leche en polvo y dos de azúcar; El almuerzo -por lo general guiso de arroz, tallarines, empanadas y una fruta- se produce a las 12 y llega a las 14, en manos de los propios internos.

Cambios en las visitas

Antes de la pandemia, podían ser visitados una vez por semana por dos adultos y por todos sus hijos. Luego de pasar 9 meses sin visitas por el coronavirus, ahora el régimen es el siguiente: una visita cada 15 días pero solo para un mayor y un solo hijo. Estos desvincula a las familias y van contra los Derechos de los Niños y Niñas. Por ejemplo, si un interno tiene tres hijos, para verlos a todos tendrán pasar 45 días para verlos a todos.

En cuanto a las celdas, unas 15 tiene problemas con el agua y los inodoros no funcionan y tienen problemas de electricidad.

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