El trader e influencer hallado descuartizado adentro de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, tenía deudas millonarias, varias de ellas de juego, por las que había recibido cerca de 200 mensajes amenazantes que son ahora investigados por la Justicia para esclarecer el asesinato.
Con el fin de dar con el o los asesinos de Fernando Pérez Algaba (41), apodado “Lechuga”, personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora se encuentra recabando testimonios de amigos, familiares y allegados al empresario, quien fue asesinado de al menos dos disparos y su cuerpo apareció desmembrado en el Arroyo del Rey, ubicado en la calle Comodoro Rivadavia, entre Figueredo y Azamor, de Ingeniero Budge, en la zona sur del conurbano.
Pérez Algaba era un empresario dedicado a operaciones en criptomonedas y a la compra y venta de automóviles de alta gama, quien creó una empresa en estado de Florida, en la costa este de Estados Unidos. Un informe financiero reveló que el empresario estaba calificado como un agente “irrecuperable” por sus deudas a través, principalmente, de una empresa llamada Motors Lettuce S.R.L. y que había sido creada por él mismo en 2019.
Las fuentes indicaron a Télam que el empresario “tenía más de 200 mensajes amenazantes en su celular de distintas personas”, por lo que los investigadores avanzan en las declaraciones, aunque muchos de los testigos no aportan datos por “temor”.
Audio gentileza Clarín
Uno de los intercambios más estremecedores tuvo como protagonistas a “Lechuga” y a un presunto barra de Boca Juniors, identificado como Gustavo Iglesias.
En la charla, que parece grabada por el propio trader –alguien dedicado a la compra y venta de activos y derivados financieros–, “Lechuga” le advierte a Iglesias que si lo sigue “jodiendo”, lo va a “mandar en cana”.
“Ya te voy a cruzar”, le contesta el barra, quien además da a entender que él o una persona cercana ya lo había cruzado, pero “se salvó por cinco minutos”, a lo que la víctima termina diciéndole en tono desafiante: “Matame cuando me vengas a buscar, eh. No me dejes vivo. Matame”.
En los audios, Pérez Algaba revela también que le vendió autos durante 15 años, mientras que el barra lo acusa de “cobarde” y de “escapar”, en alusión a sus viajes al exterior.
La charla completa
— Fernando Pérez Algaba: Vos tenés que cobrar lo que tenés que cobrar, que es tu plata y punto. Vos no vas a disponer de mi vida ni de mi hermana ni de mi tía. Si me seguís jodiendo te voy a mandar en cana. No me rompas más los huevos, ¿escuchaste?
— Gustavo Iglesias: Gordo puto, la concha de su madre. Hijo de puta. Ya te voy a cruzar.
— F.P.A.: Ningún problema. Cruzame, matame.
— G.I.: Te salvaste por cinco minutos, por cinco minutos zafaste, eh.
— F.P.A.: Matame cuando me vengas a buscar, eh. No me dejes vivo. Matame
— G.I.: Yo te agarro a piñas
— F.P.A.: No, piñas no. Matame. Eu, matame, eh.
— G.I.: Si vos sos cobarde... te fuiste afuera por cobarde. ¿Por qué te escapás? Cobarde.
— F.P.A.: Yo no me escapo, si yo estoy acá. Los 15 años que te pagué no decís nada...
— G.I.: Te van a cagar a palos, gordo garca.
— F.P.A.: Pero, che, escuchá. Los 15 años que te pagué... no me decís nada. Ahora me caigo y sí.
— G.I.: Dale, gordo. No me importante. No te conozco de ningún lado a vos. Gordo logi, ortiva.
— F.P.A.: ¿Cómo no me conocés? Si te compré autos durante 15 años.
— G.I.: ¿Yo que soy, Dios? ¿La gente se lleva por lo que digo yo? La gente lo dice con pruebas, boludo.
— F.P.A.: Y no, ¿sabés lo que pasa? Sos Gustavo Iglesias, barra de Boca. Como te tienen miedo, te chupan el orto, boludo, es así.
— G.I.: No, no... No confundas el miedo con respeto.
También, Pérez Algaba le había enviado audios de WhatsApp a un amigo del hijo de Gustavo Iglesias. Lo llama Nahuel, lo señala como un protegido del barra y le advierte que lo va a “ir a buscar por cielo y tierra” por una supuesta deuda que mantenía con él.
“¿Qué hacés, Nahuelito? Divertite, ¿eh? Divertite mucho. Divertite mucho que cuando vuelva te vas a tener que ir a vivir al country de Gustavo Iglesias. Con él, ahí. Los dos. Porque a vos te voy a ir a buscar por cielo y tierra”, lo amenaza. El mensaje da a entender que se lo mandó cuando todavía no estaba en Buenos Aires.
“Andá a hacer la denuncia que quieras que atrás tuyo voy yo. Con todos los mensajes que tengo acá archivados en el teléfono de cuando fuiste a comprarle falopa al caco, que te ibas a poner a vender merca, que ibas a chorearle al transa, todo...”, suma.
“Todo eso lo tengo todo guardado. Y mil cosas más tengo de vos. Te voy a arruinar la vida, pedazo de loro”, exclama.
Ajuste de cuentas, la hipótesis del crimen de “Lechuga” Pérez Algaba
“Lechuga” Pérez Algaba “era ludópata y hábil para los negocios”, y que dicha adicción se acrecentó durante la pandemia del Covid-19, cuando la combinó con el trabajo de trader en el ambiente de las criptomonedas, dijo una fuente.
”Era inteligente, empezó de muy de abajo y empezó a ganar buena plata. Se cebó y como tenía amigos y conocidos de guita, comenzó a moverla en el circuito hasta que un día perdió y empezó deberle a mucha gente. No hay una cifra precisa, pero se habla de entre tres y diez millones de dólares. En su celular hay más de 200 mensajes de amenazas de distintas personas”, explicó el vocero.
A raíz de ello, los investigadores barajan distintas hipótesis y todas ellas apuntan a un ajuste de cuentas por motivos económicos.
”Una hipótesis es que lo mataron en Ituzaingó, en un lugar que aún no está establecido, y de allí lo transportaron en una valija hasta la zona de la feria La Salada, donde no hay cámaras de seguridad”, precisó un pesquisa.
En tanto, otra línea investigativa apunta a que Pérez Algaba se presentó en un barrio privado de la localidad de Ituzaingó para realizar un negocio inmobiliario que le iba a reportar un dinero “importante” y que desde allí desapareció.
El cuerpo descuartizado del empresario fue hallado el domingo aunque recién fue identificado días después.
En la misma valija donde se hallaban los miembros superiores e inferiores del empresario, la Policía encontró documentos de identidad de una familia de la zona, que fue citada a declarante el fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora.
Tras esas declaraciones, el fiscal solicitó cuatro órdenes de allanamiento de urgencia en distintos domicilios del sur del conurbano bonaerense, en uno de los cuales detuvo a una mujer trans, identificada por la policía como Nicol Alma Chamorro, ya que fue la última persona que tuvo en su poder esa valija.
Los investigadores se encuentran analizando una serie de publicaciones realizadas por la víctima en redes sociales y mensajes que mantuvo con otras personas por WhatsApp, especialmente con un hombre que le reclamaba el pago de una deuda cercana a los 70 mil dólares.
El empresario era buscado desde el pasado lunes, tras la denuncia de paradero realizada por la propietaria de un departamento que él alquiló por el lapso de una semana en el partido de Ituzaingó.
Según declaró la mujer, Pérez Algaba, que residía en el último tiempo en la ciudad española de Barcelona, la contactó por redes sociales para alquilarle un departamento situado en la calle Olazábal al 1.000 desde el 13 al 19 de julio, y como no supo nada más de él cuando debía devolverle las llaves del inmueble, radicó una denuncia.
Tras ello, el fiscal que estaba de turno, Marcelo Tavolaro, de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Ituzaingó, ordenó una inspección en el departamento que Pérez Algaba había alquilado y halló su pasaporte, una computadora, ropa, dos valijas, un bolso de mano y una constancia de atención médica psiquiátrica por trastornos de ansiedad, indicaron las fuentes.
En el lugar no fue encontrada su billetera, ni su teléfono celular ni DNI ni dinero en efectivo, añadieron las fuentes.