Parecería que la Cámara de Casación Penal -el órgano de justicia más importante del país después de la Corte Suprema- se cansó de sortear a los jueces mendocinos para que juzguen a Walter Bento y se decidieron por dos magistrados de San Juan y una de San Luis.
En el último sorteo que realizó la Cámara no fue elegida la única jueza local que no ha participado en la selección - María Paula Marisi, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC 1)- y las bolillas fueron para Eliana Rattá y Daniel Doffo, del Tribunal Oral Federal de San Juan, y María Carolina Pereira, de San Luis.
Estos tres magistrados –de no inhibirse- son los que decidirán si aceptan los motivos por los cuales todos los jueces mendocinos decidieron apartarse. Es decir que repasarán las inhibiciones presentadas por Héctor Cortez, Pablo Salinas y Roberto Naciff (del TOC2) y Alberto Carelli y Alejandro Piña (TOC 1)-
Luego, y tal como ha ocurrido en otros casos, es (muy) posible que este mismo tribunal conformado por dos sanjuaninos y una puntana sean los que terminen conformando la terna que se encargará de juzgar al discutido Walter Bento, en funciones como juez del Juzgado Federal 1 de Mendoza, con competencia electoral.
Distintas opiniones
“La verdad es que inhibirse o no inhibirse es una cuestión compleja. Por ejemplo, uno puede estar seguro de poder cumplir profesionalmente con un caso como el juicio a Bento. Pero si hay alguien o un grupo de personas que crean lo contrario, el resultado final se puede ver empañado. No es solo una cuestión personal, sino social”, confía un juez.
Por otro lado, algunos abogados consultados –aun antes de que se produjeran los primeros apartamientos- que ningún magistrado mendocino iba a querer participar y que algunos iban a buscar cualquier tipo de causal para apartarse. “Un juicio de este tipo, donde se juegan cuestiones políticas pueden marcar la carrera de un juez y creo que lo último que quiere un juez es arriesgar su sillón”, afirma un letrado que conoce el entramado de los Tribunales Federales de Mendoza.
“La solución que se veía venir de desde el principio era la elección de los magistrados de otras provincias. Eso le da transparencia a un futuro juicio donde las partes van a sacar a relucir toda la artillería disponible”, opina otra fuente consultada.
La semana pasada los jueces Héctor Cortez y Pablo Salinas decidieron “bajarse” del juicio contra polémico magistrado. El primero decidió excusarse, alegando amistad “íntima” con el matrimonio Bento y luego “enemistad manifiesta”.
Salinas, por su parte, se autoexcluyó ya que, entre otras cosas, en 2005, cuando comenzaron los juicios por lesa humanidad Bento envió los expedientes a Córdoba. Entonces Salinas –en ese entonces abogado de los organismos de Derechos Humanos- lo denunció en el Consejo de la Magistratura.
Alberto Carelli y Alejandro Piña, también dieron un paso al costado. Piña se inhibió alegando dos razones. La primera, que el TOC1 que integra, en los últimos tiempos ha dictado dos sentencias donde resultaron condenadas personas que están relacionadas con el “caso Bento”, en calidad de imputadas o bien que durante el juicio se han referido a la mediática causa. Es decir que esas personas condenadas forman parte del piso de la causa Bento y, entonces Piña ya se ha expedido al respecto.
Por otro lado, esta semana, el juez Piña apuntó como segunda razón que Nahuel Bento -hijo de Walter e imputado también en la causa y empleado judicial- trabajó en el TOC1 hasta 2016.
Para apartase el juez Careli invocó una razón de público conocimiento: durante años –más de 10- fue secretario del juzgado Federal 1, cuyo titular es Bento.
Por último, el Roberto Julio Naciff, el único magistrado de TOC1 que seguía en carrera decidió apartarse luego que el fiscal Dante Vega –instructor de la megacausa- decidiera recusarlo. Naciff rechazó los argumentos, pero igualmente decidió apartarse.
