Norberto Martín Salzmann, trabajador de 51 años, estaba con su familia en su casa y atendía como cualquier día su lubricentro en Guaymallén. En la tarde del jueves, por resistirse a un asalto y proteger a sus seres queridos, lo mataron de un tiro en el pecho. Defender lo suyo le costó la vida. Tras el violento hecho, amigos y familiares reclamaron por justicia y recordaron con cariño al comerciante y rugbier.
“Hay cosas que son inexplicables tanto para el corazón como para la mente... La muerte en manos de quien mata para cometer un ilícito son de las que además generan profunda indignación e impotencia. Profunda y respetuosas condolencias”, expresó en las redes María Elena Castillo, prima de la víctima fatal.
Graciela Genesoni, también prima de la víctima, añadió: “Te amo, primo, vamos a hacer justicia”.
También en Facebook, integrantes de la agrupación Tortugas de Cuyo, dedicada al rugby senior, manifestaron su dolor a su compañero asesinado. “Otro duro golpe para la familia Tortuga, hoy despedimos físicamente a nuestro querido “Caballo” Martín Salzmann, buen viaje, amigo, que en paz descanses”, dijo Leandro González.
“Estas lacras inmundas arruinaron una familia. Que se haga justicia y paguen por lo que hicieron”, sumó Fabri Arenas.
Salzmann era muy querido en la zona. Vecinos destacaron su devoción para el trabajo y la familia, así como su participación en la iglesia católica.
El crimen de Martín Salzmann en Guaymallén: se resistió a un asalto y lo mataron
El jueves por la tarde, Norberto Martín Salzmann (51) fue asesinado de un tiro en el pecho en un robo seguido de crimen, perpetrado por tres sujetos en el lubricentro “Pentra”, ubicado en Mitre al 2.100, casi Mathus Hoyos, de Pedro Molina (Guaymallén).
Al local que atendía el hombre ingresaron los delincuentes armados y con guantes buscando alzarse de un botín que, según las primeras hipótesis, serían dólares que la víctima había comprado la noche anterior con el objetivo de irse de vacaciones al extranjero.
En el negocio, que atiende al público de horario corrido, había dos jóvenes: la hija de la víctima y un empleado. Ambos se habían quedado al frente del mostrador, mientras Salzmann almorzaba en su vivienda lindante al comercio y conectada por detrás. Fue entonces que escuchó los gritos y de pronto se vio frente a frente con los malvivientes que ingresaron a la casa, y tras una discusión, uno de ellos le pegó en la cabeza y otro le disparó a matar en el pecho.
Fuentes oficiales detallaron a Los Andes que, tras el disparo, los tres hombres escaparon en una camioneta de color gris, tal como la describieron los pocos testigos.
Minutos más tarde llegó al lugar una dotación de la Policía Científica, junto con personal de la División Homicidios y la fiscal Claudia Ríos, quien quedó a cargo del caso.
En paralelo, efectivos policiales encontraron incinerada la camioneta Chevrolet S-10 de color gris, que tenía pedido de secuestro, en un descampado de la calle Capilla de Nieve.
Ahora, los peritos de Delitos Tecnológicos serán los encargados de investigar el teléfono celular de la víctima fatal en busca de datos relevantes para la causa, así como también las cámaras de seguridad que el hombre tenía en el lubricentro y en la casa. Hasta las primeras horas del viernes no había detenidos por el homicidio de Salzmann.