Una pericia balística concluyó que el arma con la que fue asesinado el matrimonio Del Rio en agosto pasado en su casona del partido bonaerense de Vicente López es una pistola calibre 9 milímetros secuestrada en la caja fuerte de la casa del country San Diego de la localidad de Moreno, donde las víctimas pasaban el fin de semana, según informaron este martes fuentes judiciales.
Se trata de una Bersa modelo Mini Thunder hallada el el mismo día en el que se encontraron los cadáveres de José Enrique Del Rio (75) y María Mercedes Alonso (72), en la casa que el matrimonio posee en ese country, por lo que ahora los fiscales intentan establecer si Martín Del Rio (48), el hijo de las víctimas detenido como presunto autor de un doble parricidio, tuvo acceso a esa vivienda en las horas posteriores al hecho cometido el día anterior.
“Sólo cuatro personas tenían acceso a esa caja fuerte donde se halló la pistola. Dos fueron asesinadas y las otros son el hijo mayor, sobre quien no hay sospecha alguna, y el hijo menor, que está detenido como autor del doble parricidio. Para nosotros es un triunfo, tenemos el arma homicida en un sitio al que accedía el imputado”, dijo a Télam uno de los investigadores judiciales de la causa.
De acuerdo a las conclusiones del informe pericial, al que tuvo acceso esta agencia, las dos vainas secuestradas en el marco de la causa “fueron servidas y/o percutidas por la pistola calibre 9 milímetros marca ‘Bersa’ modelo ‘Mini Thunder’, número de serie “610104″, al igual que los cuatro plomos utilizados para peritar que también fueron “lanzados a través del cañón estriado” de la misma pistola.
El peritaje, realizado por peritos de la Policía Científica bonaerense, fue incorporado el domingo pasado al expediente que tiene a su cargo el equipo de fiscales de Vicente López conformado por Marcela Semería, Martín Gómez y Alejandro Musso, quienes habían solicitado peritar las dos armas incautadas en el marco de la causa (además de la Bersa, una Glock calibre 9 milímetros modelo “19″).
Los fiscales pidieron a los expertos en balística que determinen el funcionamiento de las mismas y el cotejo de ambas con las vainas y los proyectiles hallados en la escena del crimen y extraídos en las autopsias de las víctimas.
Los investigadores aseguraron que esa pistola Bersa había sido hallada la misma tarde del 25 de agosto del 2022 en la que fueron encontrados los cadáveres del matrimonio Del Río por una comisión policial que concurrió al country San Diego, en Moreno, a pedido de los fiscales.
Los policías ingresaron a la vivienda con la colaboración de Diego Del Río, el otro hijo de los las víctimas y hermano del imputado, quien además aportó la llave de la caja de seguridad, dentro de la cual fue hallada la pistola.
Para los fiscales, el detenido Martín Del Río fue quien, luego de haber ejecutado el doble parricidio, fue al Barrio San Diego a colocar la pistola homicida en la caja fuerte, con el fin de “ocultar sus pasos”.
“Tal hallazgo en las particulares condiciones descritas no hace más que reafirmar la existencia de un plan criminal delicadamente planificado por el imputado Martín del Río para ejecutar el hecho criminal y evitar ser señalado como autor del mismo”, explicó la fuente judicial consultada por Télam.
Por estas horas, los fiscales repasan la línea de tiempo del imputado Del Rio, para ver en qué momento pudo haber ido él a dejar en la caja fuerte el arma homicida entre la tarde del crimen y la mañana del hallazgo de los cuerpos.
Según los fiscales, el crimen ocurrió entre las 17.33 y las 18.30 del 24 de agosto del año pasado, cuando el denominado “caminante encapuchado”, luego individualizado en la acusación fiscal como Del Río, quedó grabado entrando y saliendo de la escena del crimen.
Tras regresar 30 cuadras caminando a la zona de Núñez, donde había dejado estacionado su camioneta Mercedes Benz con el celular, el próximo movimiento certificado de Del Rio hijo es que fue a un departamento del suegro, que él a veces usaba de oficina, en calle Arredondo 2465 de Colegiales.
Allí, se cree que Del Rio fue a bañarse y a descartar evidencia y las cámaras registran su llegada a las 20.02 y su salida a las 20.53.
Luego, se dirigió en su misma camioneta a otro departamento que había alquilado en el exclusivo edificio “Forum Alcorta” de calle Ramsay 2055, en Belgrano, donde llegó a las 20.57 y se quedó casi hasta las 22.
Las cámaras de seguridad del barrio “Barrancas del Lago” del complejo de countries Nordelta de Tigre donde vivía, lo tomaron a las 23.07 solo y en su auto.
Si bien siempre se creyó que era el momento de llegada a su casa, ahora se analiza si no salió de Nordelta nuevamente, luego de dejar a su esposa en su domicilio, y si existe la posibilidad de que haya burlado los controles de seguridad de los countries para no quedar formalmente registrado.
Al día siguiente, 25 de agosto, a las 9.01, la empleada de las víctimas, María Ninfa “Nina” Aquino, primera detenida por el caso pero ya sobreseída, le envió un mensaje de audio a Del Rio para avisarle que había encontrado a sus padres “muertos” y tres minutos más tarde el ahora imputado, mientras salía de Nordelta rumbo a Panamericana, llamó al 911 para reportarlo.
Las antenas de celulares lo captaron llegando a la casa de sus padres en la calle Melo 1101, en el partido bonaerense de Vicente López, a las 9.51.
Según determinaron los investigadores, Del Rio padre recibió tres balazos y su esposa Alonso, uno, y ambos cadáveres fueron hallados dentro de su automóvil en el garaje de su casona.
Si bien la empleada “Nina” Aquino fue la primera detenida por el caso, el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, la liberó por falta de pruebas a los 13 días -más tarde fue sobreseída-, y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio.
En base a prueba fílmica, tecnológica y testimonial recopilada por la fiscalía, el juez Costa dictó la prisión preventiva de Del Rio como autor de un “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa” (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Para los fiscales, el móvil fue económico y está vinculado a la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Rio hijo nunca pudo concretar.