Doble homicidio en La Estanzuela: un crimen “mafioso” todavía impune

A mediados de diciembre de 2013 se encontró el cuerpo de José Rodolfo González y 20 días después apareció el cadáver de su mujer Daiana Reynoso. Hasta ahora se desconoce quién los asesinó

Doble homicidio en La Estanzuela: un crimen “mafioso” todavía impune
Enero de 2014: policía científica trabajaba en el circuito de Papagallos donde encontraron el cuerpo de Daiana Reynoso

Los cuerpos de un hombre y su pareja fueron encontrados en un lapso de 20 días y a más 70 kilómetros de distancia. Cuando de estadísticas se habla, no se puede dejar de mencionar el año 2014, cuando se cometieron 160 homicidios, la mayor tasa de crímenes en una década.

Sin embargo, esta nota va a comenzar por el crimen de José Rodolfo González de 35 años, dueño de un quiosco en el barrio La Estanzuela y que fue encontrado el 15 de diciembre de 2013, con una bolsa en la cabeza y las manos atadas con precintos plásticos, en las cercanías del embalse El Carrizal. La razón es que este hecho casi sobre el cierre del año tuvo su continuidad en los primeros días de enero de 2014, cuando se descubrió, en un descampado de El Challao, el cuerpo de Daiana Reynoso, ultimada de varios tiros que, desde la espalda, atravesaron su cuerpo, además de estar maniatada y con una bolsa plástica en su cabeza. La joven de 25 años, también vivía al oeste de Godoy Cruz y era pareja de González, con él que compartía la crianza de dos hijos.

Para los investigadores, con la fiscal Claudia Ríos a la cabeza, este doble crimen se orientaba hacia un típico caso “mafioso” o “ajuste de cuentas” entre conocidos del submundo del delito, donde el tema de la droga no podía ser descartado y que fue un hecho unido por la violencia y el ensañamiento, pese a los 70 kilómetros que separaban los cuerpos.

Caso por caso

El hombre, según los médicos forenses, habría sido asesinado por asfixia unas doce horas antes en algún lugar no determinado, para luego ser trasladado y abandonado a un costado del espejo de agua, donde fue descubierto por una pareja de motociclistas. La necropsia determinó que no había impactos de bala en su cuerpo y sólo presentaba lesiones en el rostro y la cabeza, tal vez producto de una tortura, aunque ninguna de ellas fue determinante de su muerte.

Por su parte, un par de días después de denunciada su desaparición, el cuerpo de Daiana fue descubierto entre los arbustos que circundan el tradicional circuito de Papagallos (triste escenario de varios hechos criminales), por una pareja que caminaba por el lugar.

Con la presencia policial se conoció que la mujer, que vestía pantalón corto y una remera, estaba maniatada a la espalda y con una bolsa de nylon en la cabeza. Revisado el cuerpo por Científica, se supo que, además, había recibido varios tiros, tres de ellos en la espalda.

Comprobados los expedientes, se conoció que González, que tenía antecedentes con la Justicia, que hablaban de robos agravados y a la propiedad, en ese momento -se dijo- estaba “limpio” atendiendo un quiosco, tarea que compartía con Daiana, desde 2000.

Sin embargo, pese al esfuerzo de la Justicia, el tiempo transcurrido permitió que el caso quedara sólo encerrado en un expediente, pero sin que los autores de ambos hechos -lo que por sus características estaría comprobado que fueron los mismos ejecutores- pudieran ser hasta ahora identificados, lo que hace que el doble crimen ocurrido hace casi seis años, continúe impune

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