La investigación por la muerte del transportista Carlos Victorio Gruini (64), brutalmente asesinado en su casa de Junín en mayo pasado durante un robo domiciliario, dio un paso procesal importante: dictaron la prisión preventiva para Erik Suazo (23), presunto autor del crimen y, entonces, deberá seguir detenido.
La fiscalía de Junín-Rivadavia solicitó la prisión preventiva de Suazo por el delito de homicidio criminis causa y el juez de Garantías Ricardo Schulz dirimió a favor del pedido.
La fiscal Valeria Bottini y el jefe de los fiscales de Junín-Rivadavia, Mariano Carabajal, fundamentaron la solicitud con los siguientes elementos de prueba: primero, la magnitud de la prueba ya que está imputado por un delito que tiene pena de prisión perpetua.
Por otro lado, Suazo tiene antecedentes penales: fue condenado a dos años de prisión en suspenso por violencia de género. Además, en el pasado, existieron dos órdenes de captura en su contra.
Por último, los fiscales apoyaron su posición en la existencia de riesgo procesal, ya que hubo entorpecimiento probatorio. En una escucha el imputado dice que escondió arriba del techo el arma homicida. En otra, estando detenido, le dijo a una mujer que destruyera un chip de teléfono.
Por el caso Gruini hay otro delincuente que no ha sido detenido. El Ministerio de Seguridad ofrece una recompensa de 200.000 pesos para la persona que aporte datos concretos que permitan su detención.
Escuchas telefónicas y el arma homicida
Esta es la segunda vez que Suazo está detenido por el homicidio de Gruini y todo indicaría que seguirá así hasta que la causa llegue a juicio.
Suazo ya había sido detenido el día siguiente del crimen, cuando un perro de la Policía fue siguiendo un rastro, desde la escena del crimen hasta su casa en el barrio Romanoff de Palmira. Pero luego recuperó la libertad por falta de pruebas.
Sin embargo, los investigadores intervinieron su teléfono y la medida resultó efectiva: Suazo habló con su suegra y le dijo no sólo que había sido el autor de asesinato sino que también afirmó: “Le pegué con un fierro”, indicando que luego lo había guardado en el techo de su casa.
El 26 de junio, la Policía de Mendoza realizó dos allanamientos: uno en la casa de la suegra de Suazo, donde le secuestraron el teléfono a la mujer, y el segundo en la casa del sospechoso, para detenerlo y llevarse “el fierro” que en realidad es el cabo de una pala.
Suazo fue imputado por homicidio criminis causa, delito que tiene como única pena la prisión perpetua y enviado nuevamente al penal.
El caso
El 21 de mayo, cerca de las 23, la esposa de Gruini ingresó a su casa, ubicada en el carril Barriales al 3600 y de inmediato notó que todo estaba desordenado. Sin embargo, no tuvo tiempo de reacciones: dos ladrones armados enseguida la redujeron, tras amenazarla con un arma.
Los delincuentes se llevaron 80.000 pesos y dos cheques que la mujer les entregó. La víctima realizó la denuncia al 911 y, cuando los efectivos llegaron a la casa, encontraron al propietario de la vivienda en el fondo del patio, sin vida.
Estaba atado y amordazado con un trapo. El asesino lo golpeó con un objeto contundente 13 veces en la cabeza.
Al día siguiente un perro señaló a Suazo, quien había sido detenido la noche anterior por romper la cuarentena y por averiguación de antecedentes. Ese día también fueron detenidos otros dos sujetos, que luego fueron liberados. La casa de los Gruini contaba con una cámara de seguridad que registró a dos sujetos encapuchados y con guantes ingresando a la propiedad.