La mañana del martes comenzó más que movida en la localidad de Fray Luis Beltrán. Y es que en la sucursal del Correo Argentino de este distrito maipucino, minutos antes de las 8 de ayer y cuando los trabajadores se disponían a iniciar su jornada laboral, tres asaltantes los redujeron -también hicieron lo propio con el policía que prestaba servicios extraordinarios en el lugar- y se robaron 5,5 millones de pesos correspondientes a la recaudación del lugar.
El robo llamó la atención, puesto que el edificio del correo está a pocos metros de la comisaría 61 del lugar, y los asaltantes escaparon a pie del lugar (al menos hasta llegar al vehículo que los esperaba). Y si bien la primera versión brindada por las víctimas indicaba que los malvivientes se hicieron pasar por personal del Ministerio de Seguridad que había llegado para controlar aspectos relacionados a los servicios extraordinarios que prestaba el uniformado que cuidaba el lugar, en las últimas horas el efectivo se convirtió en sospechoso de ser cómplice del mega golpe.
Y es que el protocolo establece que, independientemente de quien llegue a la sede, si lo hace fuera del horario de atención debe dársele aviso al responsable de la dependencia antes de abrir la puerta y aguardar su autorización. Pero Fernando Palleres (32), el policía a cargo de custodiaro el Correo Argentino de Beltrán durante la mañana de ayer, no dio aviso ni aguardó esa autorización. Esta falla o descuido -se investiga si efectivamente lo fue-, sumado a otras inconsistencias en la declaración de Palleres y a la extraña coincidencia de que los ladrones hayan actuado justo el día en que todo ese dinero estaba en el lugar, llevaron a que los investigadores centren sus sospechas en el policía. Y durante la tarde de ayer, Palleres fue detenido hasta que se determine qué ocurrió.
El veloz golpe comando
Antes de que el Correo Argentino de Beltrán abriera sus puertas para atención al público a primera hora de la mañana de ayer, tres hombres vestidos de civil se hicieron presentes en la puerta del edificio. Según consta en la denuncia posterior al golpe, se presentaron ante Palleres -quien estaba en la puerta brindando servicios extraordinarios por fuera de su horario habitual de trabajo para la fuerza de seguridad- y se identificaron como personal del Ministerio de Seguridad de Mendoza. Siempre de acuerdo a la denuncia, habían llegado al lugar para controlar aspectos relacionados a la tarea del policía.
Sin embargo, cuando Palleres les abrió la puerta, los tres hombres develaron sus verdaderas intenciones y -con armas de fuego- amenazaron y redujeron a los empleados que estaban en la sucursal. También hicieron esto con el policía, a quien le quitaron el arma reglamentaria.
En pocos minutos, los malvivientes se hicieron con los 5,5 millones de pesos que había en el lugar y, sin dejar de amenazar a los empleados, huyeron a pie y sin despertar demasiadoas sospechas ni hacer ruido.
Más allá de esta primera versión sobre cómo se dieron los hechos, en las últimas horas tomó mucha fuerza la hipótesis de que Palleres no sea una hipotética víctima -más allá de que le quitaron su arma y lo redujeron junto a los demás trabajadores-, sino que haya sido cómplice del asalto.