Dos de los tres autores de la brutal golpiza a Matías Montín, el joven de 20 años que fue agredido en un boliche de Mar del Plata, están detenidos en la fiscalía de Zarate a la espera de ser trasladados para declarar por la causa. Se trata de Gabriel Alejandro Galvano, de 23 años, quien iba al volante al momento del arresto, y Andrés Guillermo Bracamonte, de 21 años.
Los investigadores sabían cuál era la patente del auto de los agresores y cuál era el nombre de ellos porque habían hecho una reserva en el boliche marplatense. Además, la Policía también fue al hotel para encontrar al resto de los amigos y tenían el dato de que se iban en un auto BMW blanco.
Los agresores serán trasladados en las próximas horas hacia la ciudad de Mar del Plata, para declarar ante el fiscal de la causa. Mientras tanto, los amigos de la víctima se encuentran en la puerta del hospital donde se está internado Montín en grave estado, a la espera de un nuevo parte médico.
Tanto los amigos de la víctima como los investigadores se preguntan por qué los responsables del boliche no llamaron a la Policía tras la brutal agresión para que en ese mismo momento detuvieran a la patota.
El terrible ataque al joven
El hecho ocurrió apenas unos minutos después de la medianoche del martes en el bar Ananá, de Mar del Plata. La discusión entre los involucrados, algunos de Rosario y otros de la ciudad de Buenos Aires, fue subiendo el tono hasta que los insultos se convirtieron en golpes.
En medio del caos Matías Montín se llevó la peor parte en la pelea. “Le partieron dos botellas de champán en la cabeza y una tercera en la cara”, relató esta mañana en el canal América su papá, Carlos. Todavía conmocionado en la puerta del centro médico remarcó que los médicos le dijeron que “estas son horas críticas”
De acuerdo al relato del hombre todo empezó en el baño del boliche. “Ya le habían pegado a un amigo de Matías”, contó. Entonces explicó que como todas las noches iban a bailar a ese lugar su hijo intentó hablar con el otro grupo cuando volvió al VIP para calmar los ánimos. Antes de que pudiera decir una palabra, sin embargo, lo atacaron entre por lo menos tres jóvenes.
Ahora Matías se encuentra internado el hospital Privado de la Comunidad con un coágulo en el cerebro por los golpes que recibió. “Hay que esperar las próximas horas para saber si el hematoma se va, de lo contrario los médicos prevén que sea necesario operarlo”, señaló su papá, y recordó con los ojos llenos de lágrimas que apenas vio a su hijo quiso abrazarlo, pero estaba tan ensangrentado que no se animó a tocarlo.