Tirado en un pozo a más de 80 metros de profundidad fue encontrado el cadáver de una mujer de 67 años que era buscada desde hacía seis días. Fue asesinada en el mismo predio donde trabajaba en tareas de mantenimiento, donde también se ubican un lujoso salón de eventos y una casa de fin de semana en Coquimbito, Maipú.
Familiares de Dora Elvita Hidalgo, nacida en Córdoba pero radicada en Mendoza, denunciaron el pasado lunes 31 de agosto su desaparición. Pero la última vez que tuvieron noticias de ella fue el día anterior. Sabían que había salido a realizar las tareas diarias de limpieza y mantenimiento, además de la alimentación de los perros del lugar, ubicado en el cruce de Moreno y Castro Barros de la tranquila localidad maipucina.
Allí funciona el salón Luna India, un paradísiaco lugar lleno de verde, delimitado por una frondosa alameda. Una piscina cristalina se alterna con palmeras y sauces, una fuente y, hasta antes de la pandemia, con la infraestructura dedicada a brindar los servicios de eventos.
En la propiedad trabajan dos familias distintas como caseros, según confiaron a Los Andes fuentes de la investigación. Al parecer, de acuerdo a una de las hipótesis que manejan los pesquisas, entre ambos clanes había conflictos por lo que no se descarta que la víctima hubiera protagonizado una discusión que devino en su asesinato.
Un cuerpo 80 metros bajo tierra
Cuando Dora no regresó a su casa aquel domingo, su familia comenzó a preocuparse. Luego radicó el pedido de paradero en la Oficina Fiscal 10 de Maipú y la tarde del último viernes, minutos antes de las 18, observaron manchas de sangre alrededor de un pozo de extracción de agua a unos 500 metros hacia el Sur en el interior del predio, cerca del salón de fiestas, y llamaron al 911. El orificio estaba sellado con cemento.
Peritos de Policía Científica fueron desplazados al lugar y comenzaron a analizar la escena. Pero la noche impidió continuar con las tareas, por lo que se dispuso una consigna policial en el lugar hasta que las luces del día permitieran mejores condiciones.
Cerca de las 10 de ayer los peritos solicitaron el apoyo de bomberos de la Policía provincial para verificar el estrecho pozo porque ya habían encontrado rastros de cuero cabelludo y cabello entrecano en la superficie. A 30 metros de profundidad los expertos hallaron más cabellos y 80 metros más abajo lograron dar con el cadáver de Hidalgo.
Las tareas de extracción del cuerpo fueron dificultosas debido a que se trata de una excavación angosta. Los restos fueron enviados luego al Cuerpo Médico Forense para someterlos a necropsia.
La teoría de la disputa con otro de los caseros del predio motivó la aprehensión de un sospechoso. Se trata de un plomero y electricista de 35 años que realiza tareas de mantenimiento en el emprendimiento. “Existen elementos de sospecha para haber procedido a su aprehensión por su posible participación en el hecho”, se limitaron a informar fuentes judiciales en un escueto comunicado. La detención se produjo tras un allanamiento en el mismo predio donde fue encontrado el cuerpo.
Según confiaron fuentes consultadas por este diario, la mujer habría sido arrojada cabeza abajo al estrecho pozo pero aún se desconocen las causas de muerte.
La autopsia permitirá determinar si fue arrojada con vida y el brutal golpe al caer provocó su deceso o si el cadáver fue descartado en el lugar tras haber sido asesinada.
La investigación del hecho quedó en manos del fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello.