Un rastrillaje con canes realizado el fin de semana en la zona de desaparición de Guadalupe Belén Lucero, la nena de 5 años desaparecida en San Luis desde el 14 de junio, ratificó la hipótesis de que fue raptada a bordo de un vehículo, ya que los últimos rastros de la menor llegan a la ruta que lleva a Mendoza.
El operativo comenzó el sábado y se extendió al domingo, bajo las directivas de Santiago Díaz, integrante de la brigada de recate con intervención canina que viajó desde Santa Fe a instancia de Yamila Cialone, mamá de la niña desaparecida. Junto al hombre y su equipo estuvieron tres perros entrenados para la búsqueda de personas: Nube, Laika y Space.
Según informó El Chorrillero, los rastrillajes se realizaron en el campo colindante al barrio 544 Viviendas, donde encontraron elementos que podrían ser de interés para la causa.
El informe concluyó en un dato revelador para la mamá de Guadalupe y toda la familia: los perros hallaron rastros de Guadalupe a lo largo del descampado y se desvanecieron en la Autopista de las Serranías Puntanas. Por primera vez tomó fuerza la hipótesis de que a la nena la raptaron y la trasladaron en algún vehículo por la ruta.
“Si la subieron a un vehículo totalmente cerrado no se puede detectar la presencia de partículas. Es lo que pudimos notar claramente porque el olfato del can llega hasta el borde del asfalto del carril que va hacia Mendoza”, detalló Díaz.
“El sábado, una vez que obtuve el aroma de la niña, comencé a trabajar. Hice las primeras marcaciones, luego encontramos evidencia sobre la vereda del frente de la casa y después la perra dobló en la esquina y se dirigió hacia el descampado”, comentó el bombero.
Como ese día una perra se lastimó una pata, los efectivos tuvieron que seguir el día siguiente. Fue el domingo cuando el can cruzó el descampado y, al llegar al asfalto de la autopista, “avisó que ya no había más rastros”.
“Por la experiencia que tengo, puedo decir que ninguna persona sin conocer se metería en este sector porque terminaría lastimado por las plantas con espinas y además de la oscuridad”, advirtió el brigadista.
Aquel 14 de junio en que Guadalupe fue vista por última vez, la ruta que costea al descampado tenía las luminarias apagadas, por lo que los vecinos habían utilizado linternas de sus celulares para alumbrarse cuando buscaban.
En ese sentido, Díaz aclaró que el seguimiento del rastro no fue en dirección recta porque a causa de las condiciones climáticas y por el paso del tiempo “las partículas se encontraban dispersas”.
También, el equipo encontró “dos elementos” que fueron aportados para pericias porque tendrían “el olor de Guada”.
“Necesito creer que Guadalupe está viva porque es lo que nos movió hacia este lugar. Sé que este humilde aporte a la Justicia les va a permitir tener una abanico de posibilidades. Como papá antes que como buscador, me parte el alma el pensar cómo se la llevaron”, expresó el hombre, notablemente emocionado y esperanzado.
En caso de contar con información sobre Guadalupe piden llamar al teléfono 134 del Ministerio de Seguridad de la Nación. El alerta nacional “Sofía” sigue vigente y se ofrece una recompensa de 2 millones de pesos.