La Justicia Federal de Mendoza descartó que el cuerpo que se exhumó en julio pasado en el cementerio de Capital sea el de Christian Guardati (21), el joven desaparecido en la comisaría del barrio La Estanzuela de Godoy Cruz en mayo de 1992.
Desde el Ministerio Publico Fiscal de la Nación informaron que el Equipo Argentino de Antropología Forense constató que el cotejo de las muestras obtenidas tras ser comparadas con las muestras hemáticas aportada por Hilda Gladys Lavizzari, madre del joven desaparecido, excluyó el vínculo biológico.
El estudio comparativo de ADN había sido solicitado en julio de este año por la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los Derechos Humanos de Mendoza, integrada por el fiscal general Dante Vega y el auxiliar fiscal Daniel Rodríguez Infante quienes, con la autorización de la Procuración General de la Nación, investigan la desaparición de Guardatti.
La extracción de las muestras fue realizada el 6 de julio pasado en el pabellón “M Este”, que se encuentra en la entrada del cementerio capitalino, frente al panteón de Capital, pasando el edificio de la administración. Concretamente, el cuerpo que se exhumó se encontraba en el nicho 8.403, de la línea superior de la planta baja del pabellón. La medida judicial fue supervisada por Enoc Ortiz, uno de los abogados que patrocina a Lavizzari, junto a Carlos Varela y Lucas Fallet.
La pericia había sido solicitada por la madre de Guardati para despejar dudas ya que ese mismo cuerpo había sido analizado en 1992, cuando se hizo una comparación con los registros oficiales de la huella dactilar tomada al cadáver y se estableció que correspondía a la identidad de otra persona fallecida.
Sin embargo, tanto Lavizzari como el entonces empleador de Guardati creyeron reconocer al desaparecido en los rasgos fisonómicos del cuerpo, algunos de ellos concretos, como la presencia de una cicatriz y la morfología de un dedo.
“Tenemos expectativas moderadas ya que estamos exhumando un cuerpo que está identificado como correspondiente a otra persona. No obstante, son restos sobre los que se han tenidos sospechas en la causa”, había dicho en el cementerio el fiscal Rodríguez.
A partir de los resultados obtenidos, esa hipótesis ha sido descartada, por lo que la Oficina Fiscal de Lesa Humanidad de Mendoza continuará con todas las medidas que resulten pertinentes para esclarecer la desaparición forzada del muchacho y para avanzar con las responsabilidades que pudieran corresponder.
Un caso con una larga historia
El caso Guardatti tras ser calificado desde 2017 como un delito imprescriptible por ser una “desaparición forzada”, se lo considera un crimen de lesa humanidad. Desde ese momento dejó el ámbito de la justicia provincia y pasó a ser investigada primero por la Fiscalía Federal de Primera Instancia 2 de Mendoza y, desde mayo de 2023, por la Fiscalía de Lesa Humanidad de Mendoza.
Desde junio de año pasado Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece una recompensa de $1.500.000 a quien aporte datos sobre su paradero. Según reza el pedido oficial, Paulo Christian Guardati, era “argentino, titular del DNI 22.201.904, nacido el 12 de abril de 1971, hijo de Juan y de Segunda Gladys Lavizzari, soltero, 1.70 de estatura, cuerpo delgado, cabello negro ondulado, cutis trigueño, marcas de acné en el rostro, cicatriz en la ceja derecha”.
Según se detalla en el ofrecimiento oficial, en la madrugada del 24 de mayo de 1992, Guardatti fue visto por última vez, luego de asistir a una fiesta organizada para recaudar fondos en la escuela Anastasi, en el barrio La Estanzuela, de Godoy Cruz.
Según la versión judicial de caso, Guardati habría sido “aprehendido por una persona de género masculino de 1.75 metros de altura, de pelo oscuro y tez blanca, pantalón azul con una raya blanca en su costado, borceguíes similares a los utilizados por personal policial y un bolso naranja en las inmediaciones de la escuela, precisamente frente a la manzana 32, conforme al actuar sería personal policial”.
Los testigos presenciales detallaron que este sujeto realizó disparos de arma de fuego intimidatorios comenzando con una persecución que finalizó con la aprehensión de Guardatti, arrojándolo al piso mientras apuntaba con un arma de fuego, colocándole la mano en la nuca conforme al procedimiento policial, para dirigirse caminando hacia el destacamento La Estanzuela, sin poder confirmar el ingreso del mismo.
Los únicos imputados en el caso fueron los agentes Walter Rubén Godoy, José Aracena y Walter Rolando Páez y el cabo Oscar Ramón Luffi, quienes prestaban servicios en la repartición de La Estanzuela la noche en que desapareció Guardati pero finalmente resultaron sobreseídos.
En el año 1998, Mendoza reconoció la desaparición forzada del albañil e indemnizó a su madre con 136 mil pesos a la madre de la víctima. Este resarcimiento económico fue establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y avalado por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
En 2012, un testigo de identidad reservada llevó a que se buscaran los restos de Guardati en el cuadro 34, del cementerio de la Capital. Es decir, junto al cuadro 33 donde se sepultaron a NN e incluso algunos de los denunciados como desaparecidos durante la última dictadura militar. La búsqueda fue un fracaso.
Desde que se denunció, el caso ha tenido gran cantidad de versiones que se encuentran en 24 cuerpos que tiene el expediente. Con anterioridad ya había sido buscado en algunos parajes del piedemonte mendocino e incluso en el destacamento de La Estanzuela en Godoy Cruz, lugar donde -se denunció- fue llevado detenido.
Las personas que quieran suministrar datos, deberán comunicarse telefónicamente con el Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas ordenada por la justicia dependiente de la Dirección Nacional de Cooperación Judicial y Ministerios Públicos de este Ministerio, al número telefónico de acceso rápido 134.