Tras ser declarado imputable y condenado este miércoles, a Gil Pereg (40) le corresponde cumplir la pena de prisión perpetua en la penitenciaría. Sin embargo, por el momento el israelí seguirá en el hospital neuropsiquiátrico El Sauce.
Luego de un juicio de ocho audiencias en el que pasaron testigos, peritos, psicólogos y psiquiatras, y en donde la discusión central giró en torno a la posible inimputabilidad del acusado, los 12 ciudadanos consideraron que este hombre comprendía sus actos cuando asesinó a su madre Pyrhia Sauroussy (63) y a su tía Lily Pereg (54), en su casa de Guaymallén en enero del 2019. El jurado lo consideró responsable penal y la jueza Laura Guajardo le dictó la prisión perpetua.
A partir de esta sentencia el sospechoso debe pasar al penal. El complejo elegido es San Felipe-contiguo a Boulogne Sur Mer-, pero su traslado desde El Sauce a su nuevo lugar de detención podría ser en los próximos días o incluso dentro de algunas semanas.
Dependerá de los últimos chequeos que le hagan los médicos que lo atendieron todos estos meses, de que reciba el alta definitiva y de que el Servicio Penitenciario sea autorizado para suministrarle los medicamentos que toma. Además, será ubicado en una celda especial que se preparará.
Por lo pronto ayer, ni la jueza ordenó su pase inmediato a la cárcel ni la fiscalía lo pidió, con lo cual se se deduce que Pereg por ahora seguirá internado.
Y mientras se terminan de definir los detalles en cuanto a su lugar de encierro, trascendió que sus abogados defensores plantearán un recurso de casación para que la Suprema Corte de Justicia revise el fallo y eventualmente anule el juicio.
La estrategia defensiva durante el caso fue la inimputabilidad de su cliente, postura que tomaron también en los alegatos, cuando pidieron su inocencia por motivos psiquiátrico ; como alternativa reclamaron que sea culpable pero por “homicidio atenuado”, es decir, que cometió el hecho bajo circunstancias “extraordinarias” y por lo tanto merecía una condena menor que la perpetua-de 8 a 25 años.
Los fiscales Fernando Guzzo y Claudia Ríos solicitaron la perpetua a pesar de su patología-padece parafrenia-, al igual que la querellante Claudia Vélez.
Los acusadores se basaron en los análisis de los médicos del Servicio Penitenciario y del Cuerpo Médico Forense, que lo señalan como un sujeto “raro, extravagante” pero sano, que no delira y que solo presenta un trastorno (de la personalidad) esquizotípico.
En cambio, una de las profesionales de El Sauce dijo que su parafrenia “es una psicosis que puede producir inimputabilidad. Con tratamiento de por vida puede estar estable, pero es un delirio irreversible. No es normal”, declaró oportunamente la psicóloga María Jimena Rivas, parte del equipo que lo trató.
Finalmente y para cerrar el debate, llegó el veredicto unánime de culpabilidad de parte del jurado y la sentencia de la jueza. Tras el revés recibido, Pereg se retiró custodiado y en silencio, ya sin maullar como lo hizo en el primer día del juicio.
Búsqueda y detención
Después de dos frenéticas semanas de investigaciones y allanamientos a partir de que el propio sospechoso denunciara la desaparición de Pyrhia y Lily, los cuerpos de estas mujeres fueron hallados enterrados el 26 de enero del 2019 en el domicilio de Pereg, ubicado en la calle Roca de Guaymallén.
A su madre la estranguló y a su tía la mató a balazos, por motivos que nunca quedaron del todo claros. Él fue arrestado un día antes de que encontraran los cadáveres, ya que en una remera suya detectaron sangre de su progenitora.
El israelí llegó al debate imputado por homicidio agravado por el vínculo en relación a su madre, en concurso real con homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en el caso de su tía, por lo que le cabía la máxima condena.