En pocas horas la fiscalía de Homicidios y la Policía encaminaron la investigación de un crimen ocurrido en Guaymallén durante el mediodía del lunes. Los tres acusados están detenidos -un hombre y sus dos hijos- y hoy quedarían imputados. Creen que el móvil del hecho fue un robo cometido horas antes. La víctima fue un ex preso, que hace 9 años había sido condenado por un asesinato.
Los vecinos del barrio Nebot, en Colonia Segovia, anteayer realizaron varios llamados al 911 alertando sobre disparos en la manzana "A". Cuando los efectivos llegaron al lugar, les informaron que un muchacho había sido trasladado al micro hospital de Puente de Hierro en un auto particular, sin esperar la asistencia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC).
Rodrigo Fernando Oliva (31) fue baleado en el tórax en la puerta de su casa, identificada con el número 83. Los profesionales de la salud que lo recibieron en el nosocomio sólo pudieron constatar su deceso. Los disparos fueron varios, según los testigos, pero acertaron uno contra este hombre.
Tres detenidos y dos versiones
Concretado el hecho de sangre, detectives de Homicidios y uniformados comenzaron a recolectar declaraciones para detener a los autores. Los testimonios apuntaron a una familia de la misma barriada, que incluso vive a metros de donde residía Oliva.
Se trata de los Puebla, clan con “broncas” de vieja data con el fallecido, según comentaron fuentes del caso. Por orden de la fiscal Claudia Ríos, en horas de la noche del lunes la Policía allanó un terreno que pertenece a esta familia y en donde hay dos casas construidas, la 88 y la 86.
Las medidas terminaron con el secuestro de prendas de vestir y teléfonos celulares y con la detención de Roberto Armando Puebla (64) y su hijo José (24), señalados como coautores del ataque. Parte del procedimiento involucró la aprehensión de otro sujeto allegado a los acusados y que habita en una de esas viviendas, aunque fue trasladado a la comisaría por averiguación de antecedentes y, en principio, no tendría relación con el crimen.
En este escenario, a los pesquisas les restaba la captura del presunto autor material, otro de los Puebla. La tarea fue más sencilla de lo esperado ya que el sospechoso, de nombre Gabriel y de 36 años, se presentó espontáneamente en subcomisaría de Puente de Hierro. Dijo ser inocente y que se ponía a disposición porque sabía que lo estaban buscando.
Este hombre -otro de los hijos de Roberto- sería quien disparó para matar a Oliva. Los tres sospechosos están arrestados y hoy quedarían imputados por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Respecto al móvil del hecho, desde el círculo íntimo de los detenidos ha trascendido que la bronca fue porque la víctima les había robado en horas de la mañana y todo desembocó en una venganza. Mientras que desde el lado de Oliva sostienen que los Puebla fueron a increparlos porque tenían la música muy fuerte. Más allá de esto, se sabe que desde hace mucho los protagonistas mantenían diferencias.
Con prontuario y condenado
El hombre asesinado tenía antecedentes penales y un pasado carcelario. En su haber de causas figuraban una amenaza en concurso real con tenencia de arma de fuego, un pedido de captura y una condena por homicidio simple, entre otros hechos. “Abundantes antecedentes” detalló el primer reporte policial.
En agosto de 2008 Oliva fue acusado por una muerte violenta y tres años después recibió la pena por ese hecho. En 2017 había logrado la libertad condicional.