A casi tres años de uno de los asaltos fatales más complejos desde lo investigativo, ayer se definió que tres hombres irán a un juicio por jurado por el crimen de Juan Carlos Moya (62), el carpintero asesinado a balazos en Guaymallén.
La causa en el proceso tuvo de todo: un primer sospechoso luego sobreseído, y que ayudaría en gran parte para el avance del caso, tres detenidos, la búsqueda del prófugo más “famoso” que habría contado con la ayuda de un policía y por último, como medida pendiente aún, la captura de un cuarto acusado.
Tras estas idas y vueltas, este martes el juez Aníbal Crivelli confirmó la elevación a juicio para Diego Vildoza (43), Francisco Agüero (48) y Lucas Villanueva (39). El fiscal Gustavo Pirrello ya había cerrado la pesquisa y ordenado el debate. Sin embargo, los abogados defensores apelaron y pidieron el sobreseimiento. Ambos recursos fueron rechazados por el magistrado interviniente.
De esta manera, estos tres hombres estarán frente a un jurado popular, ya que arriesgan como pena única la prisión perpetua, imputados por homicidio criminis causa -matar para ocultar otro delito, en este caso el robo-.
Moya murió la tarde del 4 de noviembre de 2017 en su casa de calle Gutenberg de Villa Nueva. Un grupo de asaltantes llegó hasta el lugar con el dato de que el carpintero había cobrado un trabajo por $20.000. Los ladrones ingresaron a la propiedad haciéndose pasar por clientes y sacaron un arma. El trabajador se resistió al robo y se defendió con un machete, pero recibió dos impactos de bala: uno en el pecho y otro en una pierna.
Al escapar-sin la plata-, los atacantes perdieron una pistola 9 milímetros que fue recogida por el hijo de la víctima. El arma fue periciada y llevó a los investigadores hasta un hombre que la había utilizado en otro hecho.
A esta persona la detuvieron pero luego fue liberada por falta de pruebas; antes, confesó a quién le había cedido la pistola.
Por este camino se concretaron las detenciones de Agüero, quien sería el autor material, Villanueva y Vildoza, a un año del asesinato. Este último armó una coartada que fue avalada por un juez y logró la libertad meses después.
Aunque para fines de 2018 el sospechoso ya estaba con pedido de captura por nuevas pruebas: cruce de llamadas con los imputados el día del crimen, su celular fue detectado en esa jornada cerca de la casa del carpintero y había ADN suyo en el Ford Fiesta utilizado por la banda. Cinco meses estuvo prófugo, con ofrecimientos de recompensa económica y con la presunta ayuda del policía Diego Salinas, actualmente imputado por encubrimiento agravado,
Finalmente, Vildoza fue arrestado en febrero pasado en Maipú. Los pesquisas creen que él y Villanueva durante el asalto fatal esperaban afuera de la vivienda de Moya y que Agüero y Miguel Ángel Donoso estuvieron en la escena. El último mencionado nunca fue atrapado y tiene pedido de captura vigente.