El asesinato a golpes de Naiara ortiz (1) lleva más de una semana de investigación y las pruebas van complicando más a la pareja acusada. El caso tiene presos a la madre de la beba y a su novio, cuyas últimas declaraciones en la causa han frustrado sus coartadas.
En las últimas horas por la fiscalía pasaron parientes de Miguel Ávila (35), uno de los imputados. Se trata de dos hombres que son caseros en la finca de La Colonia, Junín, donde también vive el sospechoso.
Ambos hablaron bien de su familiar, sin embargo, aseguraron no haber visto que la pequeña en algún momento cayera a una pileta como sostiene la pareja. Naiara estuvo en esa finca con Ávila y su mamá, Isabel Ortiz (27), del 13 al 20 de junio.
Después de ese día los tres se dirigieron al distrito Los Campamentos, en Rivadavia, donde estaban domiciliadas la menor y su progenitora. Allí, según los acusados, la víctima habría tenido otro accidente al caerse sobre unos palos y golpearse.
Esta hipótesis perdió fuerza tras la declaración en cámara Gesell de una nena de 10 años que es sobrina de Ortiz y que estuvo con ellos, quien dijo no haber observado ese hecho.
Estas testimoniales complican a los sindicados y avalan las sospechas de la fiscalía sobre un caso de maltrato infantil. Para los investigadores, las lesiones reportadas tras las autopsia no son compatibles con caídas. El cuerpo tenía fractura de cráneo, tres costillas rotas y lesiones en el hígado y en los riñones.
Además, hay otra contradicción para los intereses de la defensa. Cuando la pareja llevó a la pequeña al hospital no informaron sobre estos presuntos accidentes y explicaron que estaba con vómitos y deshidratada.
Pedido de domiciliaria
Ortiz y Ávila están detenidos bajo la imputación de homicidio agravado por alevosía, y a la madre se le suma el agravante del vínculo. La mujer, mediante su abogada, ha solicitado un arresto domiciliario, alegando que necesita cuidar a uno de sus hijos, menor de edad.
El planteo en principio es rechazado por los fiscales Mariano Carabajal y Valeria Bottini, por lo que estiman que este punto se discutirá en la audiencia de prisión preventiva ante un juez.
Fuentes consultadas por Los Andes ven poco probable que este pedido prospere, ante la posibilidad de una fuga y teniendo en cuenta que en un futuro la imputada arriesgaría una pena única de prisión perpetua.
Además de Naiara, Isabel Ortiz tiene tres hijos más; sobre dos de ellos perdió la tenencia y hoy viven con su padre. La joven no tenía denuncias por maltratos a los niños.
Ella y su novio, que llevaban un mes de relación, están en prisión desde el 22 de junio pasado, luego de ser arrestados al salir del velatorio de la pequeña.
A la nena la trasladaron al hospital Saporiti el sábado 20 y murió un día después en el Perrupato. Aún no se determinó si fue atacada en la finca de Junín o en Rivadavia, y si le pegaron golpes de puño o con un elemento contundente.