Más de 10 años debieron esperar los investigadores para encaminar y esclarecer dos abusos sexuales ocurridos en Maipú, que tenían como acusados a dos violadores seriales que actuaban en complicidad y que cometieron los hechos estando fugados de la cárcel. Ambos tienen largas condenas y uno de ellos esta semana recibió una nueva sentencia en un juicio abreviado. El Registro Provincial de Huellas Genéticas Digitalizadas fue clave en la pesquisa.
Los rostros de Marcelo Gastón Escudero (44) y Jorge Carlos Rojas Federicci (58), allá por 2009, eran publicados en todos los medios de comunicación. Por entonces, el Gobierno de Mendoza había solicitado la difusión de ocho hombres que eran buscados tras una ola de abusos sexuales que preocupaba mucho a las autoridades.
Los dos mencionados caerían aquel año, luego de escaparse de distintas penitenciarías. Escudero fue seguido desde diciembre de 2008 hasta octubre del año siguiente, mientras que Rojas dejó el penal en agosto de 2008 y volvió a ser detenido en noviembre de 2009.
Durante ese tiempo de clandestinidad, estos dos sujetos habrían protagonizado dos episodios casi idénticos en zonas rurales de Fray Luis Beltrán, con menos de un mes de diferencia: violaciones a mujeres, a quienes también les robaban usando armas de fuego.
Los acusados habían sido condenados entre 2002 y 2003 por las cámaras del Crimen de San Martín, con penas unificadas por robos, abusos y privación ilegítima de la libertad, entre otros delitos.
Tras su captura regresaron a la cárcel, pero en las causas de Maipú no habían comprobado la autoría de ellos porque las víctimas no los habían reconocido y tampoco existían otras pruebas. Siempre se los tuvo en la mira por el modus operandi y por sus antecedentes, aunque sin elementos fuertes para imputarlos.
Coincidencia genética
Pasaban los años y estos expedientes iban al archivo y al sobreseimiento de los involucrados, hasta que en septiembre de 2019 los “match” del registro genético -dependiente del Ministerio Público Fiscal- dieron positivos.
Durante 10 años se preservaron muestras de semen recolectadas de la escena y en el laboratorio resultaron compatibles con los ADN de Rojas y Escudero. Este banco de datos funciona desde 2017 y tiene los perfiles genéticos de todos los imputados y condenados de Mendoza.
Con este avance, el fiscal Daniel Sánchez Giol les dictó la prisión preventiva a los sospechosos, quienes de todas maneras ya estaban presos y con sentencias firmes por otros casos.
Esta semana se hizo por videoconferencia una audiencia con estos hombres, en la que Escudero reconoció su participación en aquellas violaciones de Maipú y accedió a un juicio abreviado. Entre el fiscal, la defensa y la querella acordaron una pena de 12 años, que se unifica a sus causas anteriores y finaliza con una pena total de 49 años de cárcel en su contra. El juez Mauricio Juan avaló el acuerdo.
Con Rojas no hubo arreglo y su defensor optó por un juicio tradicional, bajo la imputación de abuso sexual con acceso carnal, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de dos o más personas, en concurso real con dos robos, uno en grado tentativa. “Hay una prueba irrefutable contra él, y es la genética. Se juega a zafar en el juicio porque cumpliría sus condenas actuales en 2021”, explicó una fuente judicial. Este sujeto se encuentra preso purgando 23 años de prisión y se espera que en los próximos meses vaya a debate, arriesgando otro revés de la Justicia.
