En uno de los juicios abreviados más largo que se recuerde fue condenado a perpetua el ciudadano surcoreano Kim Seong Jim (54), acusado de asesinar a Kyung Ja Yoo (49), a quien fue ahorcó y luego enterró en una finca de Nueva California.
Este mediodía el juez Federico Rapacioli dicto sentencia contra el coreano, cerrando así un juicio abreviado que previamente habían pactado el fiscal de San Martín Scattareggi y el abogado defensor Alejo Cardozo.
“Se trata de juicio abreviado más largo desde que se implementó esta modalidad, estuvimos como tres horas porque se tuvo que recurrir a un traductor oficial que estaba en Buenos Aires para que explicara al imputado (que no habla castellano) todas las pruebas presentadas y las particularidades del acuerdo”, explicó una fuente judicial que participó del acuerdo.
El coreano estaba imputado por homicidio agravado por relación de pareja, alevosía y femicidio, y de esta forma, al declararse culpable, evitó un juicio por jurados que se iba a realizar en breve.
La situación del extranjero era complicada ya que existe un video donde se ve con claridad el homicidio. Se trata del registro de una cámara de seguridad ubicada dentro de una sala que la comunidad de 30 orientales radicados en San Martín utiliza para meditar.
Según los registros horarios del sistema de seguridad, la mujer se encontraba durmiendo en una esterilla o colchoneta, vestida con un short y remera blancos y se acerca un hombre también vestido con ropa clara, la despierta y se le tira encima. Luego logra arrodillarse sobre los brazos de mujer, trabándole los brazos y comienza a ahorcarla con sus manos.
También fueron consideradas de gran interés por los investigadores los testimonios de dos coreanos a los cuales el acusado les contó que había asesinado a la mujer luego de ingerir un peligroso agroquímico, pensando tal vez que iba a morir. Lo cierto es que camino al hospital el hombre vomitó, lo que permitió que luego los médicos le salvaran la vida.
La enterró para despistar
El caso se conoció en la madrugada del 10 de febrero pasado, cuando un ciudadano surcoreano llamó al 911 para denunciar que un conciudadano que reside en la finca Don Pedro, ubicada en calles Sullivan y Onetto, en el límite de San Martín con Lavalle, había confesado haber asesinado a una mujer.
En simultáneo, otra alerta a la línea de emergencias avisó que al presunto agresor lo estaban llevando en un auto al hospital Perrupato debido a una intoxicación tras un intento de suicidio. En el camino dijo, efectivamente, que había matado a su pareja.
Desde el hospital precisaron que los resultados de los análisis indicaron la presencia de glifosato, utilizado comúnmente para la eliminación de hierbas y de arbustos.
El cuerpo de Kyung Ja Yoo fue enterrado en una especie de zanja donde la arrojó, para luego desmoronar uno de sus paredes y lograr de esa forma que quedara sepultada.
Allí fue encontrado por personal de Bomberos, Científica y Antropología Forense, cerca de las 14:17, tras remover la tierra. El cuerpo estaba “en estado de descomposición de cubito lateral derecho, con frente al este, con vestimentas oscuras en el interior de una zanja de 1,80 metro de profundidad aproximadamente”.