En un año y medio la Justicia del Valle de Uco cerró uno de los casos fuertes que se dieron en el último tiempo en la zona y que tuvo como víctima a un adolescente que fue brutalmente golpeado durante un asalto en el que robaron la bicicleta. La causa ya tiene a los tres autores condenados y en la cárcel.
Todos en Tunuyán conocen a “Cheche” Mamaní, un chico de 15 años que peleó por su vida muchos meses, tras ser víctima de un hecho de inseguridad. José pasó a ser noticia el 24 de mayo de 2019, luego de ser atacado por tres delincuentes que lo encontraron cerca del barrio 26 de Enero.
Precisamente lo redujeron en la calle Calderón, le pegaron con un objeto contundente -se cree que una piedra- y le robaron la bicicleta en la que se movilizaba a diario. Los ladrones escaparon y el menor a partir de allí comenzaría un largo proceso de rehabilitación, que por momentos lo tuvo muy grave.
En un trabajo en conjunto de la Policía y la fiscalía, los delincuentes fueron cayendo con el paso de los meses. Y en junio de este año se logró la primera sentencia, mediante un juicio abreviado.
Mauricio Banega admitió su participación en el asalto y las partes acordaron una pena de cinco años de cárcel por robo triplemente agravado por el uso de arma inapropiada y por ser en poblado y en banda.
Bajo la misma modalidad de juicio decidieron terminar el tema los otros dos imputados, aunque con condenas diferentes. Ayer, los abogados defensores, los fiscales Eugenia Gómez y Javier Pascua y los querellantes que representaron a la familia Mamaní, pactaron 10 años de prisión para Enzo Montivero y cinco para Diego Aguilú.
Montivero recibió la pena bajo el delito de homicidio criminis causa en grado de tentativa -intentó matar para ocultar el robo- y el segundo con la misma calificación que el primer condenado, es decir, el robo triplemente agravado.
Es que para los investigadores Montivero fue el autor material de los golpes a “Cheche” y los otros dos jóvenes actuaron como cómplices en el asalto. La audiencia virtual se cerró con la aprobación del juez Ramón Ariel Spektor, quien avaló el acuerdo.
Ocho operaciones para salvar su vida
José Mamaní luchó incansablemente más de cinco meses para sobrevivir, entre hospitales e intervenciones de todo tipo a las que debió someterse. Estuvo en estado de coma varios días por los severos golpes recibidos y la primera parte del proceso la pasó en el Scaravelli, el nosocomio de Tunuyán.
El tramo más complejo y largo de la recuperación la transitó en el hospital Fleming, de Ciudad, en donde lo operaron ocho veces. Cirugías en la cabeza y hasta infecciones en los pulmones tuvieron ocupados durante todo ese tiempo a los médicos que los asistían.
El chico mejoraba, recibía el alta y volvía a estar internado por recaídas. En ese interminable trance, al adolescente lo acompañó su mamá, quien prácticamente se mudó desde el Valle de Uco a la Capital.
Los últimos meses de “Cheche” fueron ya de una vida casi normal, aunque siempre atendiendo a la rehabilitación física para evitar secuelas. Su salud mejora progresivamente y con el caso penal cerrado, se puede decir que todo, pronto, quedará como un muy mal recuerdo para él.