En las últimas horas, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de la Ciudad de Buenos Aires dictó sentencias de hasta cuatro años y tres meses de prisión para 12 miembros de “La banda de la Frontier”.
Estos delincuentes habían ingresado al país desde Chile como turistas, pero su verdadera intención era robar vehículos. En un lapso de 35 días, lograron sustraer 16 camionetas 4x4 estacionadas en la vía pública, en diferentes barrios como Saavedra, Villa Devoto, Monte Castro, Villa Real, La Boca, Mataderos, Caballito y Villa Luro.
Lo peculiar de su modus operandi era que todas las unidades robadas eran del mismo modelo y marca: Nissan Frontier. Esta organización criminal estaba compuesta por 11 chilenos y un argentino. Operaron entre el 1 de junio y el 5 de julio de este año, hasta que fueron capturados tras una investigación que incluyó el análisis de imágenes de 2200 cámaras de seguridad, realizado por detectives de la Policía de la Ciudad.
Las condenas fueron dictadas por el juez Luis Salas tras un juicio abreviado, con la intervención de la auxiliar fiscal Alejandra Dellagiustina, quien representó al Ministerio Público Fiscal en el caso.
Hubo dos aspectos que llamaron la atención. En primer lugar, una camioneta 4x4 fue robada en dos ocasiones del mismo lugar: Arias al 4400, en Saavedra. El primer robo ocurrió el 16 de junio a las 3:30 de la mañana.
La Nissan Frontier fue encontrada días después en el estacionamiento del bingo de Lomas del Mirador, en La Matanza, donde los delincuentes la habían dejado para “enfriarla”, término utilizado en la jerga del crimen para referirse al acto de dejar un vehículo robado estacionado en algún lugar para comprobar si es rastreado mediante GPS.
Cinco días después, entre la 1:10 y las 4 de la madrugada, la camioneta fue robada nuevamente. En otro caso, el 20 de junio a la 1:07, en Montiel al 2300, en Mataderos, la banda exigió al dueño de una Nissan Frontier un millón y medio de pesos a cambio de devolverla.
Lo que destaca rápidamente es que todos los vehículos robados eran camionetas Nissan Frontier, las cuales se encontraban estacionadas en la vía pública. Los robos tuvieron lugar principalmente en horas nocturnas y de madrugada, y la mayoría de los incidentes ocurrieron en zonas que permitían una rápida salida hacia el conurbano, fuera de la Ciudad de Buenos Aires. Así lo explicó el juez Baños al justificar los procesamientos.
Según el expediente judicial, para seleccionar sus blancos, los delincuentes recorrían las calles de la ciudad a bordo de una camioneta Hyundai Tucson con patente chilena, registrada a nombre de uno de los detenidos, y en algunas ocasiones usaban un Chevrolet Prisma Joy que habían alquilado.
“Al localizar un vehículo de su interés, tarea que en ocasiones estaba a cargo de las mujeres que integran la organización, detenían la marcha, desconectaban la bocina para evitar la activación de la alarma sonora, forzaban una cerradura o quebraban el vidrio de una puerta para ingresar, y encendían el motor de la camioneta valiéndose de algún dispositivo tecnológico, para luego darse a la fuga”, explicó el juez Baños en la citada resolución.
El dispositivo tecnológico mencionado por el juez consistía en una llave genérica con una frecuencia recién asignada. Según explicaron fuentes de la Policía de la Ciudad, “uno de los delincuentes manipulaba la computadora del vehículo, conocida como On Board Diagnostic (OBD), y le asignaba la frecuencia de arranque correspondiente a la llave genérica que utilizaba”.
Por otro lado, voceros del ámbito judicial destacaron el trabajo realizado por el personal de la División Extracción y Análisis de Imágenes de la Policía de la Ciudad, que está a cargo de la comisaria Laura Malventano.
“Los detectives policiales hicieron un trabajo espectacular al analizar las filmaciones que permitieron identificar a los sospechosos”, explicaron los voceros consultados por La Nación.