La Justicia española condenó a 20 años de prisión a un joven argentino que había asesinado a su amante de 63 puñadas en Madrid. Julián Ovejero admitió su culpabilidad en la muerte de Najuzatih Zanell Díaz.
El argentino cometió el crimen tras mantener un encuentro sexual. Tras el hecho, estuvo tres años prófugo y en el 2021 fue detenido en el asentamiento La Bombilla, de San Miguel de Tucumán, por agentes de Interpol. Un año después, fue extraditado a España, donde fue enjuiciado.
El crimen cometido por el “asesino de Grindr”
En España, el hecho fue conocido como el “asesino de Grindr”, una aplicación de citas en la que Ovejero y Zahell Díaz se conocieron, informó Todo Noticias.
El hecho ocurrió el 22 de febrero de 2018 en la casa de Zahell Díaz en Carabanchel, aunque el cuerpo de la víctima fue encontrado dos días más tarde por un amigo.
Los investigadores encontraron ADN del sospechoso en la escena del crimen. Sin embargo, luego del análisis del celular de la víctima y las cámaras de seguridad del edificio, la policía comenzó a buscar a Ovejero.
Tras el brutal homicidio, Ovejero escapó a la Argentina y estuvo tres años prófugo. Finalmente, lo atraparon en Tucumán y lo extraditaron en 2022 a España.
Este lunes, la Audiencia Provincial de Madrid lo condenó a 20 años de prisión. Además, deberá indemnizar con 24.140 euros a la hermana del fallecido.
La sentencia a Julián Ovejero
Este lunes, el tribunal concluyó que Ovejero cometió el asesinato con alevosía y ensañamiento. Luego de haber mantenido relaciones sexuales, apuñaló a la víctima en diversas partes del cuerpo en la puerta de su vivienda en Madrid.
Lo hizo “de forma súbita y sorpresiva”. Zahell Díaz “se encontraba embriagado y bajo los efectos de drogas tóxicas y estupefacientes”, señaló el fallo.
Tras causarle las primeras lesiones, lo arrastró al interior de la casa y continuó el ataque. La agresión fue cometida con un arma de doble filo de unos 12 centímetros de longitud. Según el fallo, le propinó 63 puñaladas y lo sometió a “un sufrimiento innecesario”.
En el juicio, Ovejero reconoció ante el jurado todos los hechos que se le atribuían. Por ello, la Fiscalía rebajó su petición de pena de 25 a 20 años de prisión. El ahora condenado cambió así su declaración de 2022 ante el juez, en la que dijo que se volvió como loco y que estaba drogado.
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