Quince palets vendidos a un particular, con 1.100 cajas de vino de diferentes bodegas de Mendoza (de las más importantes) por las que jamás se pagó y una estafa por un monto que ronda los 16 millones de pesos (ese era el valor en agosto fel año pasado). Por esto es que, a última hora del miércoles, un hombre fue detenido en la ciudad de San Rafael.
Allí, en la entrada a la casa de sus padres, el detenido -cuyas iniciales son J.C.G- fue interceptado por un grupo de policías de Investigaciones. Venían siguiendo sus movimientos desde hacía varios meses ya y a raíz de la denuncia por la millonaria estafa detallada que había sido perpetrada entre mayo y junio del año pasado. Toda la investigación, al igual que el operativo que culminó en su detención, se encuentran a cargo de la fiscal de Delitos Económicos, Mariana Pedot, del MPF de Mendoza y con el expediente número P- 4597/24.
Al momento de la detención, el hombre -quien utilizaba el nombre de otra persona para sus engaños (se investiga si se trata de un co autor de las estafas o si hubo usurpación de identidad)- acababa de llegar de la localidad cordobesa de Huinca Renancó, donde vivía.
El denunciante en la causa que destapó toda la investigación es el abogado mendocino Roberto Signoretti, encargado de la franquicia de San Luis de la distribuidora Gran Casa Vinos, que trabaja con 15 bodegas en todo el país. Y lo acompaña el abogado penal Andrés Godoy. Juntos, hicieron la presentación en enero de este año.
Y fue él mismo quien, investigando por sus propios medios, se enteró de que el propio J.C.G. -quien ya se encuentra imputado por el delito de “Estafa Genérica”- había engañado con el mismo modus operandi a diferentes bodegas, entre ellas una de San Rafael, con anterioridad. Además, supo que en Córdoba era “famoso” por sus ardides para mentir y cometer estafas menores.
Incluso, por su cuenta llego a averiguar que hace 30 años viene engañando a la gente.
ASÍ COMETIÓ LAS ESTAFAS
J.C.G. ha dejado en claro que es especialista y que tiene un modus operandi bien planificado y con el que hizo caer en su red en esta oportunidad a Roberto Signoretti.
En lo que respecta a este caso, todo se remonta a mayo y junio del 2023. En aquella oportunidad, J.C.G., vía mail y utilizado el otro nombre -L.D., según sus iniciales- hizo al abogado mendocino una primera solicitud. En el correo explicaba que era de Córdoba, que quería efectuar la compra de 7 palets de vino y por un monto de 8 millones de pesos. Y allí, el engañador se presentaba como el propietario de una comercializadora de agro.
Luego de ese primer correo, el encargado de la franquicia de Gran Casa Vinos y el supuesto comprador intercambiaron números de teléfonos y continuaron el contacto comercial por ese medio. Signoretti fue el encargado de vincular a las bodegas con el comprador e hizo ese primer envío, una vez que recibió el cheque firmado por el comprador (identificado hasta entonces como L.D.).
Semanas después, L.D. reiteró un pedido similar y por el mismo monto, otros 8 millones de pesos. Se repitió todo el mecanismo -envió el cheque por ese monto y el encargado de la distribuidora coordinó el despacho de este nuevo envío-. Hasta entonces, parecía haberse concretado una operación comercial, como tantas otras.
Hasta el 10 de agosto de 2023 estaba todo bien y ambos se mantenían en contacto por WhatsApp. J.C.G. se mostraba muy carismático y súper entrador. Pero a partir de ese día, hace exactamente un año, empezaron los problemas para contactar al comprador.
Primero le dijo a Signoretti que se iba de vacaciones, y después, en WhatsApp ,los mensajes que le enviaba quedaban con un solo tilde (señal de que no le llegaban).
Además, y en simultáneo, salieron a la luz los rebotes de los pagos en las bodegas y con los cheques que L.D. -según como se había presentado- había enviado a Signoretti.
DESENMASCARANDO AL ESTAFADOR
Para entonces, agosto del año pasado, ya no quedaban dudas: el representante de la franquicia puntana de la distribuidora de vinos había sido víctima de una millonaria estafa. Pero, lejos de quedarse de brazos cruzados, Roberto Signoretti inició toda una búsqueda e investigación casera por sus medios. Siempre en pos de averiguar algo más de quien lo había engañado y estafado, y estaba desaparecido en acción.
Y así fue como dio con el dato de que, también con el nombre de L.D. (por ello la importancia de determinar si este segundo hombre existe y es cómplice, o si es otra persona y por quien se hace pasar), el timador había estafado a una bodega sanrafaelina.
En aquella oportunidad -y a través de una investigación- lograron desenmascarar al estafador y develar su verdadera identidad, que es la que se ajusta a las iniciales J..C.G.
Gracias a ello lograron dar con el nombre verdadero y empezaron a preparar todo para ir a la Justicia. Los abogados fueron adjuntando todas las pruebas que tenían, rastreando los comprobantes de los cheques rechazados en las bodegas, y el 12 de enero presentaron la denuncia”.
En paralelo, por su cuenta y en las redes sociales, Roberto dio con el perfil de una empresa que vendía vinos. Y, cuando cruzó los datos del celular que figuraba como contacto en el lugar, saltó que estaba a nombre del tristemente célebre J.C.G.
Con todas las pruebas, los comprobantes de cheques rechazados y hasta una foto del denunciado, la víctima y su abogado Andrés Godoy hicieron la denuncia a comienzos de 2024.
A partir de ese momento, el Ministerio Público Fiscal comenzó a atar varios cabos sueltos. De hecho, se dictó un pedido de captura nacional contra J.C.G. y L.D. -su “alter ego”-, contra este último hasta lograr determinar la participación en el delito.
IMPUTADO Y DETENIDO
Desde el miércoles por la noche, J.C.G. se encuentra detenido y la fiscal Pedot lo imputó en el acto. Previo a la detención y a todo el operativo en San Rafael, hubo un trabajo en equipo con la Justicia de Córdoba y hasta algunos efectivos de Investigaciones viajaron hasta Huinca Renancó para seguir de cerca sus movimientos. Incluso, lo buscaron en otras provincias, distintas a Córdoba y Mendoza.
Según destacaron fuentes judiciales, el abogado del imputado hizo una solicitud de recupero de la libertad. No obstante, es casi un hecho que la fiscal no hará lugar al pedido y dispondrá que siga con prisión preventiva domiciliaria.