El lunes, la jueza Laura Bruniard, a cargo del trámite del expediente que busca esclarecer la muerte de Liam Payne, ordenó una serie de medidas que le devolvieron el impulso al caso. Cabe recordar que el artista falleció el 16 de octubre en el hotel CasaSur de Palermo.
Bruniard ordenó, finalmente, las declaraciones indagatorias a los principales sospechosos del caso, el empresario Rogelio Nores, el camarero Braian Paiz y el entonces empleado del hotel Ezequiel Pereyra. También, imputó a dos nuevos acusados, Esteban Reynaldo Grassi -el jefe de seguridad del CasaSur que realizó la llamada al 911, que alertó a la Policía de la Ciudad de la crisis final del excantante de One Direction- y la gerenta Gilda Martín.
La jueza también ordenó, a la División Investigaciones Tecnológicas Especiales de la Superintendencia de Lucha contra el Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, una serie de 22 pericias a diferentes teléfonos y computadoras incautados a los sospechosos y testigos del caso en varios allanamientos requeridos por el fiscal del expediente, Andrés Madrea.
Según información directa de la causa, replicada por Infobae, se trata de un análisis ordenado a un disco rígido marca Western Digital de tres terabytes. Ese disco fue entregado a las autoridades por el restaurant Sacro, ubicado junto al CasaSur, en cuyo patio cayó y perdió la vida Payne. En dicho material, las autoridades buscarán el video del momento de la muerte, que, hasta el momento, no fue hallado.
Varias fuentes a las que accedió el mencionado medio aseguraron haberlo visto; hablaron de su existencia. Sin embargo, hasta ahora, nunca fue parte de la extensa causa investigada por Madrea.