Treinta años después de la desaparición de Pablo Cristian Guardati (21) la causa sigue activa ya que es un delito imprescriptible y el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece una recompensa de $1.500.000 a quien aporte datos sobre este joven que fue visto por última vez en el barrio la Estanzuela de Godoy Cruz, en mayo de 1992.
En abril pasado la Fiscalía Federal de Primera Instancia nº 2 de Mendoza que actualmente lleva adelante la investigación, solicitó al ministerio de Seguridad de la Nación que se ofreciera recompensa –activada el 30 de junio pasado- por este emblemático caso: la desaparición de Paulo Christian Guardati, “argentino, titular del D.N.I. N° 22.201.904, nacido el 12 de abril de 1971, hijo de Juan y de Segunda Gladys LAVIZARI, soltero, 1.70 de estatura, cuerpo delgado, cabello negro ondulado, cutis trigueño, marcas de acné en el rostro, cicatriz en la ceja derecha”.
Desde 2017 la investigación federal es considera como “desaparición forzada”, un crimen de lesa humanidad que por lo tanto se considera una causa imprescriptible.
Según se detalla en el ofrecimiento oficial en la madrugada del 24 de mayo de 1992, Guardati fue visto por última vez, luego de asistir a una fiesta organizada para recaudar fondos en la Escuela Anastasi, en el barrio La Estanzuela, de Godoy Cruz.
La versión de los testigos
La investigación posterior permitió determinar que el joven habría sido “aprehendido por una persona de género masculino de 1.75 metros de altura, de pelo oscuro y tez blanca, pantalón azul con una raya blanca en su costado, borceguíes similares a los utilizados por personal policial y un bolso naranja en las inmediaciones de la escuela, precisamente frente a la manzana N° 32, conforme al actuar sería personal policial”.
Los testigos presenciales detallaron que este sujeto realizó disparos de arma de fuego intimidatorios comenzando con una persecución que finalizó con la aprehensión de Guardati, arrojándolo al piso mientras apuntaba con un arma de fuego, colocándole la mano en la nuca conforme al procedimiento policial, para dirigirse caminando hacia el destacamento la Estanzuela, sin poder confirmar el ingreso del mismo.
Los únicos imputados en el caso fueron los agentes Walter Rubén Godoy, José Aracena y Walter Rolando Páez y el cabo Oscar Ramón Luffi, quienes prestaban servicios en la repartición de La Estanzuela la noche en que desapareció Guardati pero finalmente resultaron sobreseídos.
En el año 1998, Mendoza reconoció su en la desaparición forzada del albañil e indemnizó a su madre con 136 mil pesos a la madre de la víctima. Este resarcimiento económico fue establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y avalado por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
En 1012, un testigo de identidad reservada llevó a que se buscaran los restos de Guardati en el cuadro 34, del cementerio de la Capital. Es decir, junto al cuadro 33 donde se sepultaron a NN e incluso algunos de los denunciados como desaparecidos durante la última dictadura militar. La búsqueda fue un fracaso.
Desde que se denunció, el caso ha tenido gran cantidad de versiones que se encuentran en 24 cuerpos que tiene el expediente. Con anterioridad ya había sido buscado en algunos parajes del piedemonte mendocino e incluso en el destacamento de La Estanzuela en Godoy Cruz, lugar donde -se denunció- fue llevado detenido.
Las personas que quieran suministrar datos, deberán comunicarse telefónicamente con el Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas ordenada por la justicia dependiente de la Dirección Nacional de Cooperación Judicial y Ministerios Públicos de este Ministerio, al número telefónico de acceso rápido 134.