Fiscales a cargo de la investigación por la desaparición y presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski, aguardan la finalización de los peritajes para concluir la etapa de pruebas. El objetivo de los letrados es elevar la causa a juicio por jurado. Las medidas restantes, de acuerdo con Télam, son: el análisis por parte de expertos en antropología forense de los restos óseos humanos calcinados que fueron hallados en el lecho de un río para establecer si se puede extraer ADN; el estudio de laboratorio sobre las manchas de sangre encontradas en un colchón de la casa del Clan Sena y el análisis tecnológico de los últimos cuatro teléfonos de un total de 12.
El jueves pasado el Equipo Fiscal Especial (EFE) de Chaco dictó la prisión preventiva para el esposo de Cecilia, César Sena (19), como autor del femicidio; a sus padres Emerenciano Sena (59) y Marcela Acuña (51), como coautores del asesinato; y al chofer José Gustavo Obregón (42), su mujer Fabiana González (36), el casero del campo de los principales sospechosos, Gustavo Melgarejo (29), y su pareja Griselda Reinoso (42), por el “encubrimiento agravado” del crimen.
Ahora, los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez aguardan una serie de medidas de prueba para avanzar en la investigación y posteriormente elevar la causa a juicio.
Una de ellas es el análisis de los restos óseos calcinados encontrados el 22 de junio pasado tras un rastrillaje efectuado en una de las márgenes del río Tragadero, lindero a la chanchería del matrimonio de Sena y su esposa Acuña, junto a un dije en forma de cruz que también se hallaba incinerado y pertenecía a Cecilia, según reconoció su madre, Gloria Romero.
Fuentes judiciales informaron a Télam que los restos serán trasladados el próximo lunes al laboratorio de genética forense que posee en la provincia de Córdoba el equipo que viajó dos veces desde esa provincia al Chaco para colaborar en la causa.
De esta manera, el objetivo final de los expertos es obtener un ADN a partir de las muestras tomadas para el procesamiento de análisis genético, y, de ser posible, realizar un cotejo con el perfil genético de los progenitores y/o familiares de la víctima.
Si bien aún no fue confirmado oficialmente, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el más prestigioso del país y que trabajó en innumerable casos de reconocimiento de restos humanos, entre ellos de soldados muertos en la guerra de Malvinas, también colaborará en los estudios.
“Las muestras óseas analizadas pertenecen a una única persona adulta, aunque no fue posible determinar sexo, edad precisa ni causa de muerte debido a que se encuentran multifragmentadas y calcinadas”, informó en un comunicado el Poder Judicial del Chaco, a partir de la conclusión a la que arribó un equipo interdisciplinario de Antropología, Medicina y Odontología.
Si bien en un principio se explicó que se trataba de huesos que podrían pertenecer a un pie y una mano, luego los fiscales ampliaron que también se habían encontrado restos de un cráneo.
La complicación que enfrentan los expertos en antropología es que la mayoría de los restos encontrados se hallaban calcinados, lo que imposibilita la extracción de ADN.
“De hueso calcinado es imposible obtener ADN, están ya blancos, los tocas y se deshacen. De hueso carbonizado sí es posible obtener”, explicó a Télam un investigador.
Por otro lado, fuentes judiciales aseguraron a esta agencia que también el próximo lunes, a partir de las 8, el equipo de Química Legal del Poder Judicial de Chaco comenzará a peritar las manchas de sangre aparentemente limpiadas con lavandina que fueron halladas en un colchón que el matrimonio le había regalado a un vecino el 6 de junio último y cuyo traslado en un camión de mudanzas quedó registrado en una cámara de seguridad ubicada frente a la casa de los detenidos en la calle Santa María de Oro al 1400, de Resistencia.
En total, se trata de cuatro muestras halladas en la parrilla de madera de una cama y en recortes de tela del colchón.
En el caso de confirmarse que se trata de un rastro femenino, los fiscales también dispondrán un cotejo de ADN con el patrón genético de la madre de Cecilia, para confirmar si efectivamente es sangre de la joven.
En tanto, el EFE también aguarda la apertura de los teléfonos móviles de los detenidos, de los cuales ya se extrajeron ocho nubes de información y aún restan cuatro, mientras que también el lunes comenzarán a peritarse pendrives incautados.
La fiscal Velázquez afirmó que “son muchos los teléfonos secuestrados” y que ya han recibido informes sobre los dispositivos de César Sena y de Cecilia, “que estuvieron de manera conjunta hasta el día lunes (5 de junio), que fue el día anterior a la denuncia (de desaparición), día en que se apagaron los datos”.
Strzyzowski fue vista por última vez el viernes 2 de junio de 2023, a las 9.16, cuando ingresaba al domicilio de la familia Sena.
Para los fiscales, César Sena y sus padres “idearon un plan para dar muerte a Cecilia”, para el cual “la engañaron manifestándole que viajaría con César a la ciudad de Ushuaia, bajo la promesa de que contarían con vivienda y tres trabajos”.
Los fiscales dieron por acreditado que el 2 de junio pasado, “a las 9.16 César ingresó junto a Cecilia al interior del domicilio de sus padres, situado en calle Santa María de Oro 1460″, de Resistencia.
Allí, “entre las 12.13 y 13.01, Emerenciano Sena, Marcela Acuña y César Sena procedieron a dar muerte a Cecilia”, explicaron en la resolución en la que el jueves a la noche procesaron con prisión preventiva a todos los imputados.
“Posteriormente, siendo las 16.58 horas, se hizo presente José Obregón a bordo de su automóvil Citröen C4, color gris, mientras que a las 17.12 lo hizo Fabiana Cecilia González, a bordo de su motocicleta, ingresando ambos a la vivienda a fin de colaborar con la tarea de hacer desaparecer rastros y/o pruebas de la escena del hecho”, explicaron.
Según los fiscales, “a las 19.27, César Sena y Obregón cargaron el cuerpo de Cecilia en la cajuela de la Hilux color blanca, para luego dirigirse hacia Campo Rossi, ubicado en Zona Rural de la localidad de Puerto Tirol, donde con la colaboración de Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso, cuidadores del predio, procedieron a incinerar el cuerpo, con el fin de hacer desaparecer los restos del mismo”.