Pese a estar actualmente con prisión domiciliaria, la situación del humorista Juan Antonio “Cacho” Garay (68) –imputado por varios delitos en contexto de violencia de género, tras ser denunciado por su ex pareja, la cantante soprano Verónica “Bamby” Macías (36)- es complicada ya que en un futuro inmediato deberá enfrentar dos situaciones que lo pueden enviar a la cárcel hasta que su caso se resuelva en un juicio.
En primer lugar, la jueza Alejandra Mauricio del Juzgado Penal Colegiado 1, deberá resolver el pedido revisión de la prisión domiciliaria de Garay impulsado por los abogados Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena, quienes representan a la denunciante.
Este pedido se realizó luego de que en marzo pasado el fiscal de Violencia de Género Daniel Carniello, lo imputara por desobediencia, después que Garay le enviara un mensaje intimidatorio a Macías vía WhatsApp, rompiendo así, de forma “virtual”, la prohibición de acercamiento.
La magistrada dictó un cuarto intermedio hasta que Delitos Tecnológicos de la Policía de Mendoza, o bien otro organismo de otra provincia o de la Nación, pueda desbloquear el teléfono de Garay y conocer materialmente la prueba por la cual se le imputó el delito de desobediencia. Cuando esta prueba llegue a manos de la jueza Mauricio, resolverá si el comediante debe ir a la cárcel o bien debe seguir con prisión domiciliaria.
Segunda posibilidad
La otra instancia por la cual Cacho Garay podría ir a la cárcel vendría por el lado de la Fiscalía de Violencia de Género y se podría dar cuando el fiscal Carniello tenga en su poder la pericia psicológica de Verónica Macías que le han realizado los psicólogos del Equipo de Abordaje de Abuso Sexual (Edeas).
Si esta pericia demostrara que la joven fue víctima de violencia de género, el fiscal estaría en condiciones de solicitarle a la jueza Mauricio –de fracasar el pedido inicial de la defensa- que se revoque la domiciliaria que el mismo estableció.
El viernes pasado los abogados de Macías recusaron a Carniello sosteniendo que ha perdido la objetividad al no acompañarlos en el pedido de revocación de la domiciliaria.
Carniello contestó la recusación negándose a dejar el caso y remarcando que ha trabajado en la causa Garay de la misma forma que lo ha hecho en otros casos similares: imputar tras la denuncia, otorgar la domiciliaria y, con las pericias psicológicas de la víctima en la mano, solicitar que el imputado sea detenido en la cárcel pero con pruebas de solidez.
Es decir que, si se diera esa situación, el fiscal podría pedir que Garay vaya a prisión a la espera de un futuro juicio. Para ver si esto sucede habrá que esperar que la jefa de la Fiscalía de Robos y Hurtos Paula Quiroga, en el rol de fiscal adjunta, decida si aparta a Carniello de la causa como piden los abogados de la denunciante u ordena que el fiscal siga trabajando en el mediático caso.
Las pruebas en contra del humorista
Con domiciliaria o en la cárcel, la situación de Cacho Garay es complicada ya que está imputado por “amenazas agravadas por el uso de arma, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra su cónyuge, tenencia de armas de fuego de uso civil y desobediencia”.
Algunas de las pruebas que están en el expediente son: la denuncia de Macías (ampliada luego dos veces) y una pericia médica realizada por el Cuerpo Médico Forense donde constan lesiones compatibles con una violación.
Por otra parte, está la declaración de la primera mujer de Garay, quien dijo que el cómico tiene una personalidad violenta.
Luego están los videos que, periféricamente, apoyan la versión de la denunciante: que Garay mantenía relaciones sexuales con distintas mujeres. Esos videos fueron aportados por la primera mujer.
Además hay otros que se encontraron en la casa de la empleada de la Legislatura y ex reina vendimial por Tunuyán, Sandra Astudillo Staffolani (58), quien sería cómplice de humorista y se encuentra imputada en la causa por el delito de abuso sexual con acceso carnal en número indeterminado de hechos cometidos en contexto de violencia de género, en calidad de coautora. En esos videos se ve a Garay teniendo sexo con Astudillo.
Hasta el presente no se han encontrado imágenes de Garay obligando a su ex pareja a tener sexo grupal, como denunció la mujer. Por ahora no se descarta que imágenes de ese tipo estén registradas en el teléfono del acusado.
“La tenencia de armas y las amenazas con armas estarían probadas. El abuso sexual, estaría probado. La imputación por privación ilegítima de la libertad es el único punto débil que presenta la causa, por ahora”, explicó a Los Andes una fuente que conoce el caso.