Los peritos de la Policía de Córdoba trabajaban en la mañana del martes en busca de los cuerpos de las hermanas Esther Castro (41) y Sara Castro (39), cuyos asesinatos fueron confesados por dos jóvenes. Ellos dijeron que las habían descuartizado y enterrado en un pozo. Están presos, al igual que una chica menor de edad y acusada de encubrimiento.
Pasadas las 10.45, los peritos de la Policía encabezados por los especialistas del grupo Duar, lograron encontrar el primer cadáver en el profundo pozo que excavaron en la denominada “Casa del Horror”, de barrio Autódromo en la ciudad de Córdoba.
Se trataría de una de las hermanas que estaba desaparecida y cuyos familiares (que están detenidos) confirmaron que habían asesinado y arrojado los cuerpos en ese lugar. Dos fuentes policiales confirmaron a La Voz el hallazgo del primer cuerpo y sería inminente que se toparan con el segundo.
Hacia el mediodía del martes lograron extraer el primer cuerpo hallado y peritos forenses trabajaban para identificarlo.
En tanto, continuaba en el lugar la búsqueda del segundo cuerpo ya que los investigadores estiman que se encontraría en el mismo pozo.
La casa del horror en Córdoba, la expectativa por el peor final
Las dos hermanas, Esther Castro (41) y Sara Castro (39), que estaban desaparecidas desde hace varios días, estarían muertas en en el interior de ese pozo de un domicilio particular de barrio Autódromo, en la zona norte de la ciudad de Córdoba.
Dos jóvenes, quienes serían hermanos, quedaron detenidos luego de que uno de ellos confesara que ambos mataron, descuartizaron y enterraron a su madre y a una tía en su casa, donde los investigadores realizaron excavaciones e investigaciones en un aljibe en busca de los restos de las víctimas.
El pozo se calcula que tiene 60 metros de profundidad. La jefa de la Policía, Liliana Rita Zárate Belletti, llegó este martes hasta el lugar, al igual que peritos forenses. Rescatar los cuerpos no será un tarea fácil, por lo que la búsqueda estuvo a cargo de personal especializado de bomberos del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar).
Lo que se se sabe hasta ahora sobre el “doble crimen” de barrio Autódromo
- Fuentes policiales y judiciales informaron que Ismael Castro (20) y Esteban Castro (24) fueron acusados del doble crimen de Esther Castro (41) y Sara Castro (39).
- Los dos “hermanos” (no está claro aún su lazo familiar) fueron imputados de “homicidio calificado y homicidio en concurso real”, a la vez que también investigan a una adolescente de 17 años que fue demorada por “encubrimiento”.
- La fiscal Andrea Martín, del fuero de Violencia Familiar de Córdoba, dispuso que los brigadistas realizaran excavaciones durante todo el día del lunes en la casa donde residían las víctimas, situada en calle Oscar Cabalén al 6500, del barrio Autódromo, en el noroeste de la capital cordobesa.
- Fuentes vinculadas a la investigación indicaron que se buscaron posibles pruebas en un aljibe viejo, y que en el interior del pozo retiraron bolsones que contenían ropa, documentación y carcasas de celulares, mientras que en el interior de la vivienda se hallaron palas, machetes, hachas y una maza.
La casa del horror: los imputados se fueron a las Altas Cumbres
De acuerdo con datos aportados por la policía y una fuente judicial, la investigación se inició cuando el pasado sábado por la tarde los dos acusados fueron interceptados por la patrulla policial cuando caminaban por la ruta de las Altas Cumbres, acompañados de cuatro menores de edad.
En esas circunstancias, según las fuentes, el menor de los Castro confesó que junto a su hermano habían asesinado a su mamá y a su tía, a quienes descuartizaron y enterraron en la casa. Ante esta situación, la fiscal Martín dispuso la detención de ambos y la realización de las excavaciones, que aun continuaban.
A su vez, los pesquisas no constataron denuncias sobre la desaparición de ambas mujeres.
La oscura trama detrás de la familia de barrio Autódromo
Por su parte, un vecino del barrio contó a la prensa local que en el domicilio investigado convivían “varias personas de una misma familia”, a quienes describió como “muy raras”, ya que “no mantenían contacto social, vivían encerrados y aparentemente practicaban algún rito religioso extraño”.