Fernando Burlando aseguró hoy al conocerse el pedido de juicio oral para ocho de los rugbiers imputados en el homicidio de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, que “prisión o reclusión perpetua es la única pena que les cabe a los autores de esta animalada”.
El abogado explicó que si bien aún debe “analizar a fondo” las 343 fojas de requerimiento de elevación a juicio de la fiscal Verónica Zamboni, “lo más probable” es que desde el particular damnificado “se acompañe el pedido de sobreseimiento efectuado para dos de los acusados”, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19).
“Nosotros entendíamos que ellos debían haber estado presos hasta ahora y que hoy se les diera la libertad porque es cierto que no surgió nada nuevo que los comprometa”, explicó el abogado.
Sin embargo, anticipó que distinta es la postura que desde la querella van a adoptar con un adolescente que tenía 17 años al momento de los hechos -era menor de edad-, que ellos identificaron en el expediente como “el sospechoso número 11” y que ahora, según Burlando, “debería llamarse el sospechoso número 9”.
“Vamos a pedir que se extraigan fotocopias y se siga investigando la eventual participación de este joven que aparece al lado y pegado a Fernando en algunos momentos. Estamos estudiando esta situación”, afirmó.
Burlando también anunció que “para no perder más tiempo se evaluará, pero recién en la primera etapa del juicio oral, si a los imputados se los acusa, además de por el concurso premeditado de dos o más personas y por la alevosía, por un tercer agravante, el del homicidio por placer”.
Esta calificación ya había sido planteada por Burlando y su equipo en el expediente pero había sido descartada por el juez de la causa.
En relación al grado de participación de los ocho acusados para los que la fiscal pidió hoy el juicio, Burlando sostuvo que “en este caso se dio una coautoría funcional, en la que cada uno de ellos aportó algo para que Fernando terminara asesinado”.
“Todos tienen la misma responsabilidad, todos tienen que pagar por este homicidio, todos merecen la misma pena: prisión o reclusión perpetua”, concluyó.