En los primeros nueve meses del año, la Inspección General de Seguridad (IGS), el organismo de control de las fuerzas de seguridad provinciales, ha registrado un aumento de casi un 80% en los sumarios que ha abierto a integrantes de la Policía de Mendoza. Las estadísticas muestran un crecimiento marcado en faltas leves, pérdida de armas, violencia de género y alcoholemias positivas.
En los primeros tres trimestres del año se abrieron 379 investigaciones internas a policías, mientras que en el mismo lapso pero del año pasado, sólo se investigó a 298 uniformados. Es decir que en lo que va de 2023 se ha registrado un aumento del 78%. La cifra de las actas de este año no es muy lejana de los 446 sumarios que se labraron en todo el 2022 y faltando un trimestre para fin de año.
Las autoridades de la IGS sostienen que este crecimiento se debe al “humor social”, a la crisis sociopolítica que atraviesa a la sociedad y de la cual los policías no están exentos.
“Las estadísticas son fundamentales para saber cómo se está desarrollando el trabajo policial y cuáles son las problemáticas de los uniformados”, destaca el abogado Marcelo Puertas, quien preside la IGS desde 2016, cuando comenzaron a contabilizar los sumarios.
Por “sumarios”, la IGS entiende casos en que se ha avanzado en las denuncias, los expedientes tienen pruebas semi-plenas y los sumariados han ejercido su derecho a defensa. El paso siguiente es establecer las posiciones en los alegatos y, en caso de que la IGS solicite sanción, es la Junta de Disciplina del Ministerio de Seguridad la que impone una pena. “En el 90% de los casos sumariados, Seguridad aplica una pena”, sostiene Puertas.
Más allá del crecimiento de la cantidad de efectivos sumariados en lo que va del año, el funcionario rescata como lo más importante de las estadísticas que “es minoritario el personal involucrado”. “No supera el 5% del total de la Fuerza, que está formada por más de 9.000 efectivos”, apunta Puertas.
A la hora de mirar la jerarquía de los policías que más se meten en problemas, son “los que están en la trinchera, la gente que conduce, los que están más expuestos”. Así, los efectivos que han recibido más sumarios son los auxiliares principales (134 casos hasta septiembre contra 121 del año pasado en el mismo período), los auxiliares principales primeros (77 sumarios contra 64), los oficiales principales (62 contra 20) y los subcomisarios (51 este año contra 23 del 2022). En todos los casos el aumento es significativo.
Faltas menores, robos de armas y violencia de género
A la cabeza del ránking de errores cometidos por los efectivos se encuentran las “faltas al régimen policial”, donde se contabilizan situaciones administrativas, como no cumplir con una orden de un superior o no tener el uniforme en condiciones.
En lo que va del año, se efectuaron 74 sumarios con irregularidades de este tipo, en tanto que en el mismo período del año pasado sólo se confeccionaron 56 sumarios y en todo el año pasado fueron 94.
“Son faltas menores pero es muy importante, por ejemplo, que un policía trabaje con la placa en la que figure su nombre para que la gente los pueda identificar”, aclara Puertas.
En el segundo puesto se ubica el rubro “robo y pérdida de armas”. Este año han desaparecido 27 pistolas reglamentarias contra 14 del año pasado. El aumento es significativo (51%), superando marcadamente la cifra de todo 2022, cuando se denunció un faltante de 19 armas.
“La mayoría de las armas faltantes se debe a robos y asaltos, ya sea en la calle, en un auto o en una casa. La semana pasada, por ejemplo, a una mujer policía que hacía dedo en Tupungato la subieron a un auto, la golpearon y le quitaron el arma”, ejemplifica el funcionario.
Por otra parte, también ha aumentado la cantidad de policías que han sido denunciados por violencia de género: la cifra es de 43 casos. El año pasado, para el tercer trimestre se habían contabilizados 32 denuncias y en todo el año anterior la cifra final fue de 56 casos. “Los policías no son ajenos a este problema estructural que atraviesa a la sociedad. Por eso siempre se está capacitando y re instruyendo sobre esta esta temática”, sostiene el titular de la IGS.
En cuanto al ítem “violencia institucional”, las cifras son las siguientes: hasta hoy existen 35 casos. El año pasado, en el mismo lapso, las denuncias fueron 40 y en todo el año anterior, 52. Por lo tanto, en este caso la cantidad de hechos ha bajado levemente, según las estadísticas oficiales.
“Las tensiones sociales y el humor de la calle afecta a los policías en la vida diaria y en la vida laboral”, sostiene Marcelo Puertas, recordando la violenta situación por la que fue sumariado recientemente un policía en Godoy Cruz. El 13 de octubre pasado, un integrante de la Policía de Mendoza fue filmado por vecinos cuando golpeaba a un joven que estaba tirado en el piso y esposado.
En las imágenes, que se “viralizaron”, se veía al uniformado insultando a la gente y golpeando violentamente al detenido, que en ningún momento trataba de escapar.
Un rubro que llama la atención de las estadísticas que se pueden consultar en la página oficial de la Inspección General de Seguridad es “alcoholemia positiva”. Este año han sido sorprendidos en estado de ebriedad 25 efectivos, cuando el año pasado fueron cuatro y los años anteriores, ninguno.
La IGS también tiene estadísticas sobre accidente de móviles (siete casos) que se dan cuando el conductor tiene la culpa en situaciones de conducción normales, no durante un procedimiento, incumplimiento de los deberes de funcionario público (10 casos), procedimientos irregulares (14) y violencia laboral (10), entre otros.