Desde hace algunos días, más específicamente desde el viernes pasado -cuando fue imputado por el delitos de Estafas Genéricas-, el nombre de J.C.G. está en boca de los principales actores de la industria vitivinícola. No solo en Mendoza, sino en todo el país.
Y es que este hombre, quien fue detenido hace exactamente una semana -el miércoles 7 de agosto por la noche en San Rafael- fue imputado por la fiscal de Delitos Económicos, Mariana Pedot por haber estafado a una distribuidora de vinos por una suma que ronda los 16 millones de pesos.
Luego de la nota publicada por Los Andes con los detalles de la detención y de esta estafa millonaria, desde otras bodegas -ajenas a la denuncia más reciente y que motivó su imputación y detención- no tardaron en identificar a J.C.G. como el autor de múltiples estafas similares.
Incluso, hace poco más de dos años, en la localidad cordobesa de Huinca Renancó (donde J.C.G. está domiciliado, ya que fue detenido en San Rafael cuando llegaba a visitar a sus padres) el hoy imputado estuvo en el ojo de la tormenta.
Fue luego de que, por orden judicial, secuestraran 40.000 botellas de vinos de un depósito. La carga estaba valuada en 11,5 millones de pesos y, oportunamente, el episodio fue denunciado por un bodeguero de San Rafael (Mendoza), tras descubrir que el estafador había pagado por ellas con cheques falsos. Al momento del secuestro, la mercadería estaba lista para ser comercializada
Por estos días, ya habiéndosele notificado la imputación por estafas el viernes por la tarde, J.C.G. permanece detenido en la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (Estrada) del Polo Judicial de Mendoza. Su abogado defensor solicitó la prisión domiciliaria -ya que se trata de un delito excarcelable- y es la fiscal Pedot quien debe resolver este pedido.
No obstante, se ha ordenado la realización de pericias psicológicas y psiquiátricas hacia el imputado, las cuales aún no han concluido. Y estos resultados serán fundamentales para el otorgamiento o no de la domiciliaria.
En caso de que se otorgue esta modalidad de detención, J.C.G. y su familia han ofrecido la vivienda de ellos en San Rafael para que allí continúe con la prisión preventiva el imputado por estafas.
Además, la fiscal Pedot imputó a otro hombre -L.D., según sus iniciales- como coautor del delito. Y es que, en las más recientes estafas, J.C.G. firmó los cheques sin fondos a nombre de L.D., por lo que hay un pedido de captura hacia esta persona, además. Pero, hasta el momento, no hay rastros de su paradero.
ANTECEDENTES
El viernes pasado, Los Andes informaba de la detención e imputación de J.C.G. El hombre cayó por haber estafado en dos compras a la distribuidora Gran Casa Vinos, que trabaja con 15 bodegas en todo el país. El monto total de las estafas fue por 16 millones de pesos, en dos compras que incluyeron 15 palets de vino y más de 1.100 cajas.
Por ambas compras, J.C.G. pagó con cheques a Roberto Signoretti, encargado de la franquicia de San Luis de la distribuidora. Y fue en el momento Signoretti hizo los pagos a las bodegas de las cuales habían salido las botellas de esos dos lotes cuando salió a la luz que esos cheques no tenían fondos, Y el empresario radicó la denuncia en enero de este año, acompañado por el abogado penalista Andrés Godoy.
El detalle es que esta denuncia terminaría por convertirse en la punta del ovillo. Porque, a raíz de esta presentación, salió a la luz el vínculo con el mencionado secuestro de las 40.000 botellas de vino en Huinca Renancó y por las que el estafador también había pagado con cheques apócrifos.
El operativo relacionado a este episodio se hizo a fines de abril de 2022. Luego de que un bodeguero mendocino denunciara que J.C.G. le había pagado los 11,5 millones de pesos correspondientes a esa compra con cheques falsos, la Policía de Córdoba desplegó un mega operativo en el depósito y secuestró las 40.000 botellas que estaban listas para ser comercializadas.
Además, el fiscal Luis Marcelo Saragusti imputó a dos personas en aquella causa por “supuesta estafa”, y actualmente se encuentra vigente esta investigación.
A modo anecdótico, en aquel procedimiento se viralizó el video del momento en que, cuando uno de los vehículos “mulita” retiraba la mercadería secuestrada, uno de los palets se desplomó en el piso. En el accidente, se rompieron varias de las botellas de vino que había sido comprado con cheques sin fondos.
Pero el prontuario de J.C.G. no queda aquí. De hecho, a raíz de la difusión de la más reciente estafa -y que valió su imputación y detención en Mendoza-, un abogado de Río Cuarto (Córdoba) se contactó con el MPF de Mendoza para aportar datos sobre otros delitos por los que está imputado en la provincia mediterránea.
De hecho, en Huinca Renancó y en el Sur de la Provincia de Córdoba, sus andanzas delictivas son conocidas y vox populi entre sus habitantes. Entre ellas se destaca, por ejemplo, una causa de fines de 2017 por el delito de usurpación de 200 hectáreas y en la que también intervino el fiscal Saragusti.
Además, estuvo involucrado en un episodio de daños y amenazas en 2022 y tiene en curso una causa en Cámara del Crimen de Rio Cuarto por supresión de documento.
DETENIDO
La más reciente de las estafas, aquella cometida contra el abogado mendocino Roberto Signoretti por 16 millones de pesos, se convirtió en el Talón de Aquiles de J.C.G. Porque fue esta denuncia la que derivó en su detención e imputación.
Pero, además, de a poco van surgiendo otros episodios y supuestas víctimas que van aportando datos de engaños y estafas que perpetró con ellos.
La millonaria estafa contra en encargado de la franquicia en San Luis de la distribuidora Gran Casa Vinos se cometió en dos partes. Data de entre mayo y junio del año pasado, con dos compras por montos similares y que hacen a ese total que oscila en 16 millones de pesos.
Toda la investigación se encuentra a cargo de la fiscal de Delitos Económicos, Mariana Pedot, del MPF de Mendoza y con el expediente número P- 4597/24.
Cuando fue detenido, J.C.G. -quien utilizaba el nombre de otra persona para cometer las estafas (es esta persona quien fue imputada como co autora por Pedot)- acababa de llegar de la localidad cordobesa de Huinca Renancó, donde vivía. Y se disponía a ingresar a casa de sus padres.
Entre mayo y junio del 2023, vía mail y utilizado el otro nombre -L.D., según sus iniciales-, J.C.G. realizó al abogado mendocino una primera solicitud. En el correo electrónico explicaba que era de Córdoba y que quería concretar la compra de 7 palets de vino por un monto de 8 millones de pesos. Además, el engañador se presentaba como el propietario de una comercializadora de agro.
Tras ese primer correo, el encargado de la franquicia de Gran Casa Vinos y el supuesto comprador intercambiaron números de teléfonos y continuaron el contacto comercial por ese medio. Signoretti fue el encargado de vincular a las bodegas con el comprador e hizo ese primer envío, una vez que recibió el cheque firmado por el comprador (identificado hasta entonces como L.D.).
Semanas después, L.D. reiteró un pedido similar y por el mismo monto, otros 8 millones de pesos. Se repitió todo el mecanismo -envió el cheque por ese monto y el encargado de la distribuidora coordinó el despacho de este nuevo envío-. Nada raro ni sospechoso hasta ese momento.
Pero a partir del 10 de agosto de 2023 comenzaron los problemas para contactar al comprador. En WhatsApp, los mensajes que Signoretti enviaba quedaban con un solo tilde (señal de que no le llegaban).
En simultáneo, salieron a la luz los rebotes de los pagos en las bodegas y con los cheques que L.D. -según como se había presentado- había enviado.
No quedaban dudas: el representante de la franquicia puntana de la distribuidora de vinos había sido víctima de una millonaria estafa. Y, por su cuenta, la víctima inició su propia búsqueda e investigación.
Así dio con la primera de las estafas, cometida contra otra bodega de San Rafael, y que fue la que derivó en el operativo de abril de 2022. Y ya con todos estos datos en su poder -incluyendo su nombre real-, la Fiscalía de Delitos Económicos dispuso de todo un operativo para dar con J.C.G.
Incluso, hubo un trabajo coordinado entre los efectivos de Investigaciones de Mendoza, de Córdoba y de otras provincias, todo previo a la detención de la semana pasada.