A la espera de peritajes y diferentes pruebas está la investigación que busca esclarecer el crimen de Víctor Hugo Ibars (42), el hombre ultimado a balazos en la noche del jueves en Palmira, San Martín, por delincuentes que habrían intentado robarle dinero que tenía en su camioneta. Hubo un forcejeo, el pedido de los ladrones y tres tiros.
La víctima, dueño de un negocio de aberturas y residente en Maipú, en la tarde se había contactado con su prima para encontrarse horas después en calle Peugeot, en inmediaciones del Acceso Este y ruta 50. Esta mujer luego declaró que llevaban menos de cinco minutos conversando arriba de una Toyota Hilux, cuando aparecieron dos sujetos con cascos puestos y comenzaron a amenazar al hombre a punta de pistola.
“Dame la plata, dame la plata”, manifestó insistentemente uno de los malvivientes, según la versión de la testigo, ante lo cual Ibars se bajó del rodado y se produjo un cruce cuerpo a cuerpo. Instantes después, tres disparos.
Uno de los proyectiles dio en el brazo derecho del maipucino, otro en su cabeza y el restante quedó incrustado en el paragolpes del vehículo. Con el señor herido, los agresores escaparon corriendo-no en moto, más allá de que tenían cascos-y su prima se comunicó al 911 para solicitar una ambulancia. A la víctima la trasladaron al hospital Perrupato, donde cerca de las 22.30 los médicos informaron su deceso por el impacto de bala recibido en el cráneo.
Los malhechores, en principio, no robaron nada, ya que en la camioneta la Policía encontró $175.000 del fallecido-no se descarta que haya tenido más y se lo llevaron-y sus dos celulares. A la mujer que estaba con él tampoco le sacaron ningún objeto de valor.
Por la declaración de esta testigo es que la fiscalía trabaja el caso como un hecho de inseguridad y está calificado como criminis causa; es decir, los acusados mataron para garantizar la impunidad en el asalto. La mujer aclaró que no podría reconocerlos porque llevaban la cara tapada y la zona estaba muy oscura, que inmediatamente le pidieron el dinero y que su pariente se bajó y se resistió al robo.
La búsqueda
Consumado el crimen, los pesquisas ordenaron una serie de allanamientos en las inmediaciones para dar con sospechosos o algún elemento vinculado al ataque. Tras las medidas no hubo aprehendidos pero si se secuestraron prendas de vestir para ser peritadas.
La esperanza de los investigadores está puesta en el hallazgo de huellas o células epiteliales sobre el rodado o la ropa de Ibars para la identificación de sus asesinos y la extracción de la bala que quedó en el paragolpes para un posible cotejo con un arma. La zona no tiene cámaras de seguridad.
La causa la instruye el fiscal Martín Scatareggi.