Kevin Parson era buscado desde la semana pasada cuando se escapó en moto de la cárcel de Viedma tras golpear a un guardia. Antes de que las autoridades lograran recapturarlo este martes, el delincuente protagonizó un raid criminal y un insólito robo en la ciudad de Bahía Blanca, Buenos Aires.
Patricia Morales fue la última víctima de Parson. Ella fue quien reveló los detalles del curioso asalto que sufrió en las últimas horas en su casa ubicada en Castelli al 900 del barrio Pacífico de esa localidad.
De acuerdo al relato de la mujer, que fue replicado por varios medios locales, el ladrón se quedó con los 10.000 pesos que guardaba en su cartera, el teléfono celular y hasta con sus pastillas de un ansiolítico. “Se tomó tres Clonazepam”, precisó.
Pero lo particular del caso llegó cuando, paradójicamente, Parson estaba por irse. “Me dio un abrazo y me recomendó que no deje más la puerta sin llave”, señaló la víctima, y añadió: “Me dijo que no era asesino, que era chorro para darle de comer a sus hijos”.
Sin embargo, la justificación del asaltante resultó ser una mentira. No había una familia para mantener detrás sino un abultado prontuario, detalla TN.
Finalmente, el prófugo fue recapturado este martes cuando trató de entrar a robar en dos domicilios. Tampoco actuaba solo. Junto con él cayeron dos cómplices: Victoria Solange Silva, de 19 años y Rocío Aldana Vivencio, de 21.
Según trascendió, Parson cumple condena desde el año 2016 por una causa de robo calificado.