A la espera de resolver el pedido de prisión domiciliaria solicitada por los abogados de los dos jugadores de la selección francesa de rugby detenidos e imputados por el presunto abuso sexual de una mendocina de 39 años, la Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual de Mendoza se encuentra avanzando en la investigación del caso –bautizado por los medios galos como “Affaire Jegou-Auradou”-, poniendo el foco en las pericias tecnológicas, físicas y psicológicas que ya están en marcha.
Desde el Ministerio Público Fiscal explicaron que en el momento en que los jóvenes deportistas fueron detenidos en Buenos Aires, la semana pasada, casi a punto de viajar con sus compañeros hacia Uruguay para continuar con la gira que los trajo a Cono Sur, la policía secuestró los teléfonos del segunda línea de Pau, Hugo Auradou (20), y del tercera línea de La Rochelle, Oscar Jegou (21).
Los celulares ya se encuentran en poder de los especialistas aunque todavía no se conoce el resultado de estas pericias. Los investigadores quieren saber si antes o después de que ocurrieron los abusos denunciados por la presunta víctima, los franceses se refirieron al asunto.
Por otra parte, en el Cuerpo Médico Forense se encuentran muestras ADN de los dos extranjeros, obtenidas al momento de la imputación. Estos perfiles genéticos serán comparados con material genético que fue extraído del cuerpo de la denunciante y de la ropa que ella misma entregó al momento de denunciar los hechos investigados, según explicaron los abogados de la mujer, Natacha Romano y Mauricio Cardello. Se espera un cotejo del material recolectado para ser si la prueba resulta positiva o negativa.
Por otra parte, se ha solicitado copia de los registros de las cámaras de seguridad del bar Beerlin ubicado en la calle Arístides Villanueva, donde los rugbiers hicieron “la previa” y del boliche Wabi, de Luján de Cuyo, lugar donde la mujer se relacionó con Hugo Auradou.
Por otra parte, se espera que en los próximos días declaren los empleados del hotel Diplomatic que trabajaron en la madrugada del 8 de julio pasado, cuando se habría cometidos los presuntos abusos. Además se trata de dar con el chofer que llevó a la mujer y a Auradou desde el boliche al hotel para que pueda aportar información sobre el viaje.
Otra de las pericias que se realizaran a futuro serán los estudios psicológicos y psiquiátricos tanto de la denunciante como de los denunciados.
Domiciliaria en suspenso
El viernes pasado, traductor de por medio, la fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual Cecilia Bignert –subrogando al fiscal Darío Nora-imputó a Jégou y Auradou por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”, delito que tiene penas que van de los 8 a 20 años de cárcel.
Durante la audiencia los abogados de los deportistas gales -el porteño Rafael Cúneo Libarona, hermano del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el mendocino Germán Hnatow, solicitaron el beneficio de prisión domiciliaria.
El pedido quedó pendiente de resolución ya que ahora los letrados deben presentar un domicilio en Mendoza donde puedan residir el tiempo en que dure el proceso, previo se realice una encuesta ambiental para determinar si el lugar se acepta.
A la espera de estos trámites que pueden durar algunas semanas Jégou y Auradou permanecerán detenidos en la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (Es.Tra.DA), ubicada en el Polo Judicial.
La denuncia
Los presuntos abusos habrían ocurrido en la madrugada del domingo 8 de julio pasado, luego de que el equipo galo, conocido como Les Bleus, le ganara a Los Pumas, en el estadio Malvinas Argentinas.
A modo de festejo los deportistas europeos fueron al bar Beerlín donde integrantes del seleccionado bebieron whisky, vodka, gin y cerveza, hasta pasadas las 2 de la madrugada.
Un grupo más pequeño fue al boliche Wabi, donde también estaba la denunciante con otra amiga. Allí Auradou comenzó a charlar con ella y le ofreció beber un trago. La quiso convencer de ir al baño del boliche, pero ella se negó, según la declaración de la mujer.
Cerca de las 5 de la madrugada, el rugbier la invitó al hotel Diplomatic a seguir tomando tragos. Viajaron en Cabify con otro rugbier y una chica mendocina.
Al llegar al hotel los captaron las cámaras de seguridad en los pasillos y el ascensor, donde Auradou y la mujer se besaron y él quiso quitarse la ropa.
Subieron al sexto piso. En la puerta de la habitación 603, el deportista se dio cuenta de que no tenía la tarjeta para abrir. Decidió bajar solo al lobby para pedir una copia. La mujer lo esperó en el pasillo. Cuando regresó Auradou, ingresaron a la habitación.
“Abrió la puerta y solamente había botellas de agua, pero no bebidas. Le pedí ir al baño. Sin mediar palabras me tomó de ambos brazos y me tiró a la cama. Le pedí que me dejara ir a mi casa, se lo decía en inglés, pero me decía que no”, declaró la víctima.
“Me quitó la ropa, me empezó a ahorcar, me pegó cachetadas en la cara y me abusó sexualmente, sin usar preservativo”, denunció la mujer.
Y luego detalló que a los 40 minutos ingresó a la habitación el otro rugbier, compañero de habitación. “Un rubiecito (sería Jegou) quien al verme, se desnuda, me arrastra, y empieza a abusarme. Yo les pedía por favor que no lo hicieran y que me dejaran ir”, recordó.
En su denuncia judicial la víctima describió que fue violada seis veces a lo largo de la noche. Que la golpearon en la cara y la cabeza, la arrastraron, la obligaron a realizarles sexo oral e intentaron asfixiarla en la habitación del hotel.
Los moretones y rasguños quedaron documentados en los estudios forenses después de que la víctima hiciera la denuncia.