El paso de los días ha complicado la situación del único detenido que tiene la causa del doble crimen de Uspallata. El martes se sumó la segunda víctima fatal y se agravará la imputación contra el acusado, que podría recibir prisión perpetua en un futuro juicio. La defensa buscará probar que es inimputable.
El asombro sigue en torno al terrible hecho y prácticamente no hay explicaciones sobre el accionar de Fernando Ariel Figueroa (43), el presunto asesino. Este hombre y su pareja habían compartido un asado en la montaña con los fallecidos entre la noche del jueves y la madrugada del viernes pasado. Y nada hacía suponer el violentísimo final o quizás sí: el estado de alcoholización de los protagonistas.
Según ha reconstruido la fiscalía de Homicidios en base a los peritajes y a la declaración de la testigo presencial -novia del sospechoso-, Adela Raquel Rodríguez (46) y su marido, Cristian Fernando Ivars (45), regresaban hacia la Ciudad con las otras dos personas, cuando entre los hombres hubo una discusión.
Al parecer, Ivars le reprochó al imputado la forma en la que estaba manejando el vehículo en el que volvían y le advirtió que podían tener un accidente. Este reclamo habría desatado la ira de Figueroa, que hizo bajar del coche a ambos.
Lejos de irse para evitar más problemas, este sujeto habría acelerado su Renault Scenic y atropellado a la pareja, a la altura del kilómetro 1.125 de la ruta internacional 7.
Y cuando parecía que allí podía terminar todo, ya que el agresor había avanzado varios metros con el rodado, regresó y otra vez arremetió contra las víctimas. Las golpeó con un hacha en varias oportunidades para asegurarse que murieran.
Alrededor de las 7 del viernes, un camionero que acababa de pasar el túnel 3 se encontró con Ivars y Rodríguez tendidos en el asfalto. Llamó al 911 y los médicos que arribaron constataron que la mujer estaba muerta y el hombre aún con vida, incluso tratando de explicar lo que había pasado.
Con alevosía
El caso empezó a encaminarse horas después, cuando la Policía encontró al sindicado y a la otra mujer aún en Uspallata, frente al barrio Las Bóvedas. El auto estaba chocado, el parabrisas roto y en el baúl tenían el hacha y utensilios de asado. Ella se quebró ante los efectivos y contó todo lo sucedido.
Su relato y las primeras pruebas sirvieron para que la fiscal Andrea Lazo imputara a Figueroa por homicidio simple y tentativa del mismo delito. Sin embargo, este martes se conoció que Ivars perdió la vida en el hospital Central por los golpes recibidos y esto claramente complica al sospechoso.
Pasarán a endilgarle un doble homicidio pero además será agravado por alevosía, delito con pena única de prisión perpetua. Los investigadores determinaron que en la mecánica del suceso el asesino se aprovechó de la indefensión de quienes estaban tirados en el piso, lo que le vale la nueva calificación. Hoy la fiscalía modificará la carátula y en los próximos días se la comunicarán al detenido.
En paralelo, la abogada defensora planteará como estrategia una posible inimputabilidad de su cliente. La letrada se basa en un episodio de epilepsia que Figueroa sufrió hace muchos años y por el que habría necesitado medicación permanente.
Más allá de esto, el Cuerpo Médico Forense adelantó que las primeras evaluaciones indican que comprende sus actos.