Los primeros días del año llenaron de siniestros viales las calles y rutas de Mendoza. Se cuentan por decenas y el número de víctimas fatales preocupa: sólo en los primeros 12 días del año se contabilizaron 12 víctimas fatales, mientras que en todo enero de 2023 fueron dos, de acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Seguridad y Justicia. La cartera sólo contabiliza 10 víctimas fatales ya que no incorpora las que fallecen luego del hecho en hospitales, por ejemplo, aunque sí las informó.
El primer día del año Seguridad informó varios siniestros, incluso protagonizados por conductores alcoholizados, y en ellos cinco personas perdieron la vida. El primer accidente fatal ocurrió 15 minutos antes de las 4 de la madrugada sobre el carril Urquiza al 3060, en Coquimbito, Maipú. La víctima fatal fue Ariel Aguirre, de 52 años, quien conducía un Renault 18 que chocó de frente contra un Fiat Tempra y perdió la vida en el lugar.
Horas después, en el primer día de 2024 otro hombre fallecía en un siniestro vial. Fue a las 8.30 sobre el kilómetro 373 de la ruta 146, en San Rafael. Jesús Rivero (63) conducía una moto marca Zanella de 150cc y se estrelló en soledad contra un poste.
Ya cerca de las 19.30, un niño de 11 años fue víctima de otro siniestro vial pero en Medrano, Rivadavia. El conductor de una camioneta Chevrolet S-10 que circulaba por calle Tres Esquinas no advirtió que el menor cruzaba por calle Laprida y lo atropelló. El pequeño murió horas después en el hospital Notti. Personal de Policía Vial le realizó el test de alcoholemia al conductor y dio resultado negativo.
Y cuando faltaban 15 minutos para las 21 del primer día del año, otro homicidio culposo llenó de sangre las rutas mendocinas, esta vez por partida doble, ya que las víctimas fatales fueron una mujer y un hombre, ambos de 75 años. La pareja viajaba en una camioneta Renault Kangoo, que se estrelló de fronte contra una camión Scania sobre el kilómetro 1.125 de la ruta 7 en Luján. Los cuerpos fueron retirados por los bomberos de los retorcidos hierros del utilitario, mientras policías le realizaban el dosaje de alcohol al camionero chileno, que dio resultado negativo.
Así, el comienzo del año presagiaba la seguidilla de accidentes viales que continuarían, ya que el 1 de enero ocurrieron otros dos, aunque afortunadamente sin víctimas fatales, en Luján de Cuyo de madrugada.
“En lo que va del año hay 10 víctimas fatales, tomando sólo los que fallecen en el lugar del hecho. El año pasado cerramos con 119 fallecidos y en enero teníamos dos víctimas fatales. Fue algo atípico porque fue un febrero con mayores rangos”, admitió en diálogo con Los Andes el jefe de la Policía Vial, Javier López.
Este diario realizó el conteo de víctimas fatales de acuerdo a los informes proporcionados diariamente por el ministerio que conduce Mercedes Rus y hasta este viernes se contabilizaban 12 fallecimientos ya que se informaron dos que se produjeron después de los hechos, en hospitales.
“Hay que tener en cuenta que tenemos muchísimo más ingreso de turistas que el año pasado y eso que en 2023 fue abismal. Hay mucha más circulación que el año pasado. También es una cuestión macroeconómica: mientras menos valga nuestra moneda, más ingresan a comprar desde otros países y se duplica o triplica la cantidad de vehículos sobre las calles. Además, por la situación económica, anda todo el mundo estresado. En los accidentes, el 98% es una conducta de falla humana por distintos factores: distracción, velocidad, por quienes se quitan el estrés pisando el acelerador”, sumó el comisario inspector.
El jueves 4 de enero las sirenas de los servicios de emergencias volvieron a sonar, esta vez por un choque múltiple entre un camión Scania, una camioneta Toyota Hilux y una Ford F-100 en el cruce de calle San Pedro y Acceso Este, en San Roque, Maipú.
El camión embistió de atrás a la Hilux y esta a su vez a la F-100 -en cuya caja viajaban varias personas-, que terminó volcada sobre los separadores del Acceso. Al lugar llegaron cuatro ambulancias del Servicio de Emergencias Coordinado, que asistieron a 14 heridos, de los cuales 11 fueron trasladados al hospital Perrupato y un menor, al Notti.
Se realizó dosaje a los tres conductores, que dio negativo para alcohol en sangre. “Hay que admitir que ha bajado la positividad de alcoholemias y eso que desde el año pasado tenemos equipos alómetros trabajando y hacemos muchos más controles porque se tarda cinco segundos en controlar a un conductor”, aclaró López.
Se trata de dispositivos similares y con la misma función que un alcoholímetro pero que no tienen la boquilla, por lo que el análisis es mucho más rápido. “El alcoholímetro demora cinco minutos en hacerle un dosaje a un conductor y pasan 30 vehículos por el costado. En cambio, con el alómetro es mucho más rápido”, diferenció el jefe de la Vial. “Con los radares también estamos haciendo muchas infracciones viales”, sumó.
Los accidentes siguieron sumándose a lo largo de los calurosos primeros días del año y generando numerosos heridos.
Rutas cargadas de turistas
La ruta internacional 7 volvió a cobrarse vidas, algunas de ellas de turistas. El viernes 5 de enero la visitante chilena Hilda Margarita Prieto (67) murió sobre el kilómetro 1117 de la ruta 7, cerca de la llamada Curva de Guido, luego de que el auto que conducía impactara de frente contra un camión que transportaba lácteos. Horas después, Adela Valenzuela Tello, quien viajaba como acompañante en el vehículo menor, fue declarada muerta en el hospital Central.
“Tenemos un tramo de la ruta internacional que es el ingreso a la provincia desde Chile. Como no es una ruta para cualquier conductor, porque es bastante complicada, quienes resultan siniestrados en el lugar muchas veces son turistas”, detalló Javier López. El comisario inspector analizó que esos visitantes “vienen bajo un régimen donde no les permiten cometer ningún tipo de infracción y se encuentran en una ruta donde intentan hacer lo que creen conveniente”.
“Acá más de una infracción vial el turista no se lleva, en cambio, los procesos en otros países, como Chile, no permiten hacer ningún trámite más y tienen severas sanciones. Son muy drásticos en las sanciones y con el tiempo han llegado a tomar conciencia”, apuntó el titular de la Policía Vial mendocina.
El Día de Reyes sumó otro deceso. A las 4 de la madrugada, Adolfo Puita (31) chocó su Renault Clio contra un poste del alumbrado público en la intersección de avenida Mitre y Sueta, en San Rafael. Al día siguiente, a las 3.20 de la madrugada, Jorge Morán (33) perdió la vida tras ser atropellado por un camión en la esquina de Buenos Vecinos y Videla, en Guaymallén. El chofer no estaba alcoholizado.
El lunes 8 de enero, a las 17.30, Julio Cesar Rivarola (40) falleció tras esquivar con su moto a un Fiat Palio, cuyo conductor había frenado para evitar un montículo de tierra en calle Tropero Sosa y Urquiza, en Maipú. El rodado menor rozó al automóvil y se cruzó de carril, cuando fue impactado por el acoplado de un camión Mercedes Benz.
La anteúltima muerte registrada hasta este viernes fue de una joven visitante el miércoles 10 a las 17.15. Valentina Silva, de 20 años, había llegado desde Buenos Aires con su novio al Manzano Histórico, en Tunuyán.
El muchacho de 22 años conducía una VW Suran, que cayó desde 7 metros de altura a las aguas del arroyo Grande. La joven estudiante de ingeniería abrió la puerta y fue arrastrada por la corriente. Su cuerpo fue recuperado por policías y bomberos a dos kilómetros del lugar donde cayó el rodado.
La última víctima fatal contabilizada este mes halló la muerte de manera similar, pero este jueves en Luján de Cuyo. Keila Rosalía Martínez (21) cayó a una canal de riego luego de que la moto en la que viajaba junto a su hermana chocara contra un automóvil Ford Ka en el cruce de Cochabamba y Funes. El cadáver fue retirado de las aguas por los servicios de emergencias. La hermana de la víctima fatal permanece internada con severas lesiones.
Para el comisario inspector López, si bien existen varios factores que inciden en la concreción de estos luctuosos hechos, lo principal es el respeto a las normas y la educación vial, en lo que, a su entender, resta mucho por avanzar. “Aunque hay que reconocer que hay una parte de la sociedad que también ha tomado conciencia y llama al 911 por conducciones peligrosas. Así, el año pasado hemos desarticulado a un gran porcentaje de personas que venían conduciendo a gran velocidad, usando el celular o en grado de intoxicación alcohólica gracias a quienes están comprometidos por tener una sociedad mejor y más segura”, concluyó el uniformado.
