A pedido de la madre de Christian Guardati (21) -el joven desaparecido en la comisaría del barrio La Estanzuela de Godoy Cruz, en mayo de 1992-, la Fiscalía de Lesa Humanidad exhumó un cuerpo en el cementerio de la Capital que si bien ya había sido analizado e identificado como perteneciente a otra persona, evacuará las dudas de los investigadores.
La medida se realizó esta mañana en el pabellón M Este que se encuentra en la entrada del Cementerio capitalino, frente al panteón de Capital, pasando el edificio de la Administración. Concretamente, el cuerpo que se exhumó se encentraba en el nicho 8403, de la línea superior de la planta baja de pabellón M Este.
La acción fue supervisada por Daniel Rodríguez Infante, fiscal auxiliar de la Oficina de Asistencia en causas por violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el terrorismo de Estado en Mendoza, a cargo del fiscal federal Dante Vega, y con la orden del Juzgado Federal N°3 de Mendoza .
También estuvieron presentes el fiscal federal interinamente a cargo de la Fiscalía Federal N°2, Fernando Alcaraz, junto al personal de la oficina fiscal y personal técnico de la Gendarmeria Nacional. En tantoque estuvo presente el abogado Enoc Ortiz en representación de Hilda Gladys Lavizzari, la madre de Guardati”.
Las muestras fueron recogidas en cuatro sobres por especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Tenemos expectativas moderadas ya que estamos exhumando un cuerpo que está identificado como correspondiente a otra persona. No obstante son restos sobre los que se han tenidos sospechas en la causa”, dijo el fiscal auxiliar Daniel Rodríguez Infante, de la Fiscalía de Lesa Humanidad que encabeza el fiscal Federal Dante Vega.
Según explicó Rodríguez Infante, hace unos 30 años se hicieron pericias sobre ese cadáver y se identificó como otra persona pero con los avances tecnológicos en ingeniería genética, y algunos elementos que están en el expediente, apuntalan la medida.
Pero entendemos que con los avances tecnológicos que ha habido –han pasado 30 años de esa pericia- sumado a que hay elementos en la causa, se torna conducente este medida.
“Es una medida que ha sido impulsada por la mamá de Christian Guardati. Ella siempre tuvo fuertes sospechas de que estos restos podían ser los de su hijo y con el patrocinio de sus abogados han impulsado esta medida y nosotros entendemos que hay elementos conducen a realizarla”, dijo el fiscal.
Las tareas de exhumación realizada por profesionales del Equipo Argentino de Antropología Forense “tiene como objeto que se extraiga una muestra ósea que permita cotejarla con la muestra hemática aportada por la madre del desaparecido, Hilda Gladys Lavizzari”, informó hoy la Oficina de Asistencia en causas por violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el terrorismo de Estado en Mendoza.
El peritaje tiene el sentido de despejar las dudas de la familia de Guardati en torno a la identidad de un cuerpo inhumado en 1992. En esa oportunidad, una comparación con los registros oficiales de la huella dactilar tomada al cadáver estableció que correspondía a la identidad de otra persona fallecida. Sin embargo, “tanto Lavizzari como el entonces empleador de Guardati creyeron reconocer al desaparecido en los rasgos fisonómicos del cuerpo, algunos de ellos concretos, como la presencia de una cicatriz y la morfología de un dedo.
La medida judicial se suma a otras que en similar sentido viene impulsando la oficina especializada a cargo de Vega, como el cruce de la información genética entre la familia de Guardati y aquellas correspondientes a los cuerpos exhumados en el cuadro 33 del cementerio de la Capital en el marco de causas por delitos de lesa humanidad, que no dieron resultados positivos. En el caso colaboran la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) y la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC).
Un delito de lesa humanidad
Al ser calificado desde 2017 como un delito imprescriptible por ser una “desaparición forzada”, se lo considera actualmente un crimen de lesa humanidad. Desde ese momento dejó la justicia provincia y pasó a ser investigada primero por la Fiscalía Federal de Primera Instancia nº 2 de Mendoza y, desde mayo de 2023, por la Fiscalía de Lesa Humanidad de Mendoza.
Desde junio de año pasado Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece una recompensa de $1.500.000 a quien aporte datos sobre su paradero. Según reza el pedido oficial, Paulo Christian Guardati, era “argentino, titular del D.N.I. N° 22.201.904, nacido el 12 de abril de 1971, hijo de Juan y de Segunda Gladys LAVIZARI, soltero, 1.70 de estatura, cuerpo delgado, cabello negro ondulado, cutis trigueño, marcas de acné en el rostro, cicatriz en la ceja derecha”.
Según se detalla en el ofrecimiento oficial en la madrugada del 24 de mayo de 1992, Guardati fue visto por última vez, luego de asistir a una fiesta organizada para recaudar fondos en la Escuela Anastasi, en el barrio La Estanzuela, de Godoy Cruz.
Según la versión judicial de caso, Guardati habría sido “aprehendido por una persona de género masculino de 1.75 metros de altura, de pelo oscuro y tez blanca, pantalón azul con una raya blanca en su costado, borceguíes similares a los utilizados por personal policial y un bolso naranja en las inmediaciones de la escuela, precisamente frente a la manzana N° 32, conforme al actuar sería personal policial”.
Los testigos presenciales detallaron que este sujeto realizó disparos de arma de fuego intimidatorios comenzando con una persecución que finalizó con la aprehensión de Guardati, arrojándolo al piso mientras apuntaba con un arma de fuego, colocándole la mano en la nuca conforme al procedimiento policial, para dirigirse caminando hacia el destacamento la Estanzuela, sin poder confirmar el ingreso del mismo.
Los únicos imputados en el caso fueron los agentes Walter Rubén Godoy, José Aracena y Walter Rolando Páez y el cabo Oscar Ramón Luffi, quienes prestaban servicios en la repartición de La Estanzuela la noche en que desapareció Guardati pero finalmente resultaron sobreseídos.
En el año 1998, Mendoza reconoció su en la desaparición forzada del albañil e indemnizó a su madre con 136 mil pesos a la madre de la víctima. Este resarcimiento económico fue establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y avalado por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
En 1012, un testigo de identidad reservada llevó a que se buscaran los restos de Guardati en el cuadro 34, del cementerio de la Capital. Es decir, junto al cuadro 33 donde se sepultaron a NN e incluso algunos de los denunciados como desaparecidos durante la última dictadura militar. La búsqueda fue un fracaso.
Desde que se denunció, el caso ha tenido gran cantidad de versiones que se encuentran en 24 cuerpos que tiene el expediente. Con anterioridad ya había sido buscado en algunos parajes del piedemonte mendocino e incluso en el destacamento de La Estanzuela en Godoy Cruz, lugar donde -se denunció- fue llevado detenido.
Las personas que quieran suministrar datos, deberán comunicarse telefónicamente con el Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas ordenada por la justicia dependiente de la Dirección Nacional de Cooperación Judicial y Ministerios Públicos de este Ministerio, al número telefónico de acceso rápido 134.