Un policía que habría asesinado de un balazo a su pareja -una oficial ayudante de Inteligencia Criminal- fue imputado ayer por el delito de femicidio. De esta forma, un integrante de una fuerza de seguridad "estrenó" en la provincia esta nueva figura penal que contempla la violencia de género.
Al momento de ser detenido, el auxiliar Sebastián Miguel Ángel Montiveros Agüero (32), le dijo a un compañero: "Se me escapó un tiro". La versión, si bien será analizada, no resulta muy creíble, al menos para el fiscal especial Daniel Carniello, quien está al frente de la investigación de la muerte de la oficial ayudante Alejandra Verónica Yúdica Seoane (36), madre de una joven de 18 años que, recientemente, la había convertido en abuela.
Montiveros, integrante de la UMAR -los policías que andan en moto- se había accidentado recientemente y estaba de licencia. El miércoles a las 23.40, el policía se encontraba en el dormitorio que compartía con Yúdica.
Algo ocurrió. Tal vez una discusión de pareja; ella le dijo algo que él no quería escuchar. Lo cierto es que del arma del "motopolicía" salió un disparo que dio en la muñeca de la mujer y luego impactó en la zona interparietal anterior. La mujer quedó tendida en la cama, gravemente herida. Montiveros llamó al 911 reportando que su pareja había recibido un disparo.
Minutos después llegó una ambulancia del SEC. La doctora que la atendió, le encontró en el pecho, un casquillo de 9 milímetros. La subió a una camilla y la llevó al hospital Central. Murió en el quirófano a la 1.15 de ayer.
A esa hora la vivienda de la pareja, ubicada en el pasaje Almafuerte al 700 de Godoy Cruz, estaba atestada de policías y funcionarios. Muchos vecinos se dieron cuenta en ese momento que algo terrible había pasado en la casa que alquilaban los policías, ya que el disparo fatal no fue escuchado.
Montiveros, por su parte, dio explicaciones: dijo que discutieron, que ella se acostó, que él decidió irse y al sacar su pistola de un placard, se le cayó en la cama y se disparó.
La pesquisa
En principio, la versión del policía no parece convencer a los investigadores por varias razones. Las armas no suelen dispararse cuando se caen. Además, la herida en la muñeca parecería indicar que la mujer levantó el brazo para defenderse del ataque.
Ante este panorama se espera que las pericias de Criminalística y la necropsia aclaren la situación.
Aún así, la carátula que le impuso al expediente el fiscal Carniello (femicidio) indica hacia dónde está centrada la investigación.
Por lo pronto, ya declararon los dos policías que llegaron primero a la casa de Almafuerte al 700. Ambos apuntaron la versión dada por el imputado. También declararon algunos compañeros de la víctima, quienes indicaron que la mujer les había comentado algunas situaciones de violencia a las que el "motopolicía" la habría sometido.
"Nos quedamos helados. Nosotros llegamos y vimos que estaba toda la cuadra llena de policías. Hacía como dos años que vivían aquí. Alquilaban. Nunca vimos u oímos nada raro", comentó ayer una vecina de la pareja.
Un vecino fue más directo: "No lo quería nadie. Venía con la moto y quería atropellar a todos. Ella era muy buena".