Más de 1.500 policías y militares con apoyo de carros blindados ocuparon ayer de madrugada en 25 minutos y sin disparar un tiro las favelas de Cajú, en poder del narcotráfico y ubicadas en los principales accesos a Río de Janeiro, cerca del aeropuerto internacional y del puerto.
A las 4.55, protegidos desde el aire por un helicóptero, miembros del temido batallón de operaciones de la policía militar (BOPE) se abrieron paso en la oscuridad por estos barrios que bordean dos grandes autopistas que llevan al centro y a la zona más turística de Río.
"Las comunidades fueron recuperadas (...) sin encontrar resistencia, lo que permitió el dominio de los territorios en 25 minutos", indicó el gobierno estatal en un comunicado.
La ocupación de las 13 favelas de Cajú, donde viven unas 20.000 personas, es parte de la estrategia iniciada en 2008 por las autoridades para mejorar la seguridad en Río, una de las sedes del Mundial de fútbol en 2014 y que acogerá los Juegos Olímpicos en 2016.
"Sin ningún disparo"
"La operación ha sido exitosa. (...) La toma de un área tan estratégica, tan importante, ha tenido lugar sin ningún disparo", dijo al canal Globo el coronel de la policía militar Frederico Caldas.
Las banderas de Brasil y del estado de Río fueron izadas en la favela Parque Alegría de Cajú, símbolo de la nueva presencia del Estado.
La policía informó que trabajos de inteligencia permitieron arrestar previo a la ocupación a 284 adultos y 36 menores en la localidad, así como incautar 86 kg de cocaína, 263 kg de marihuana y decenas de fusiles, pistolas y revólveres.
Doce personas más fueron detenidas ayer, cuando la policía incautó 93 kilos de pasta base de cocaína, 300 gramos de marihuana, 39 piedras de crack, 119 frascos de "loló", un entorpecedor casero a base de éter y cloroformo, y más droga que aún no fue contabilizada.
La policía halló también ayer municiones, 28 cargadores de fusil y tres de pistola, una espada artesanal, así como siete radiotransmisores y un par de chalecos antibalas.
"Espero que tengamos más seguridad" tras la entrada de la policía a esta zona que durante décadas fue feudo de narcos, dijo una habitante de Cajú de 77 años que no quiso identificarse por temor a represalias, y que dialogó luego con policías.
Para el gobernador de Río, Sergio Cabral, la reconquista representa "el renacimiento de una región" y "libera a las comunidades del poder paralelo".
"Esta es un área menos en la que van a tener que hacer guerra, y van a poder hacer cada vez más un trabajo policial inteligente, más legítimo", dijo el secretario de Seguridad de Río, José Mariano Beltrame, a los policías minutos antes de la ocupación.
Unos 200 policías civiles ocuparon de manera simultánea la favela vecina, Barreira do Vasco, informó la Secretaría de Seguridad.
Unos 80 funcionarios ya comenzaron a limpiar las calles de las favelas, donde los servicios básicos eran casi inexistentes, y a retirar las barricadas levantadas por narcos antes de la ocupación.
Avanzando hacia el Maré
La reconquista de Cajú es un primer paso para ocupar el mayor y violento Complexo da Maré, controlado por bandas enfrentadas del narcotráfico -Comando Vermelho (CV) y Terceiro Comando- y por una milicia parapolicial.
"La proximidad con el aeropuerto hace inevitable que el gobierno ocupe esa región, la idea de proteger las vías principales tiene que llevar a la pacificación de Maré", donde viven 75.000 personas, dijo Ignacio Cano, profesor del Laboratorio de la Violencia de la Universidad Federal de Río (UFRJ).
Una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), con efectivos entrenados para hacer frente a los problemas de las favelas, debe instalarse en los próximos meses en Cajú.
Actualmente, 30 UPP con más de 8.000 efectivos velan por la seguridad de más de 200 favelas y un millón de habitantes, según la policía.
Para 2014, la meta es tener 40 UPP en las favelas de Río, donde vive un tercio de la población de seis millones de habitantes.
La tasa de homicidios en Río cayó a 10,9 cada 100.000 habitantes en 2012, contra 36,2 tres años antes, según el estudio Mapa de la Violencia divulgado en diciembre.