La policía brasileña lanzó una gran operación en la mayor favela de San Pablo tras el homicidio de al menos 40 personas en la principal ciudad del país, entre ellos varios policías que fueron ejecutados.
La "Operación Saturación", que comenzó el lunes dentro y alrededor de la favela de Paraisópolis, en el sur de la ciudad, está destinada a "asfixiar el creciente tráfico de drogas" y reducir el número de robos y asaltos, dijo el secretario de Seguridad estatal, Antonio Ferreira Pinto.
Unos 600 integrantes del batallón de choque de la policía militar fuertemente armados fueron desplegados en el área, vecina al acaudalado distrito de Morumbi.
"El objetivo es enfrentar el crimen organizado, destruir su estructura", dijo el mayor Alexandre Gasparian, que supervisa la operación, en su puesto de comando fuera del estadio de Morumbi.
La operación durará "un período de tiempo indeterminado" y será extendida a otros distritos de esta enorme ciudad, capital económica de Brasil, que tiene una población de más de 20 millones de personas en toda su área metropolitana.
El lunes de noche, al menos 10 personas fueron víctimas de homicidio en San Pablo, y otra persona murió en la cercana Sao Bernardo dos Campos, la mayoría atacadas por hombres armados en coches o motocicletas.
En setiembre, la cifra de homicidios en San Pablo saltó a 144, contra 71 en el mismo mes del año pasado, y al menos 40 personas han muerto desde el jueves pasado, según cifras de la secretaría de Seguridad.
Un total de 98 policías han sido ejecutados en el estado de San Pablo este año, la mayoría fuera del horario de trabajo, en emboscadas.
Muchas de estas ejecuciones de policías han sido seguidas por muertes indiscriminadas a balazos de sospechosos de robo o narcotráfico. Según los familiares de las víctimas, estos homicidios constituyen actos de venganza de policías militares.
Pero Lucas Tavares, un portavoz de la policía civil de San Pablo que investiga los crímenes, dijo que la Operación Saturación fue lanzada luego de que la policía recibiera datos de inteligencia de que habían "criminales, armas y drogas" dentro de Paraisópolis.
"Es una de esas operaciones que la policía militar monta periódicamente y no tiene nada que ver con la reciente ola de asesinatos. Habrá más acciones de este tipo en los próximos días", afirmó.
Tavares minimizó informaciones de prensa de que la represión policial está ligada a una guerra no declarada entre la policía militar y organización de narcotraficantes en prisión conocida como PCC (Primer Comando de la Capital). Ferreira Pinto dijo el lunes que "algunas de las órdenes para atacar a la policía militar vinieron de allí", en referencia a Paraisópolis.
Pero Tavares indicó que hasta ahora no hay pruebas de que el PCC, que surgió en las prisiones de San Pablo en los años '90, estuviera involucrado.
En una entrevista concedida este mes al diario Folha de San Pablo, Ferreira Pinto rechazó informaciones de prensa de que el PCC tiene 1.343 miembros en 123 ciudades del estado.
"La facción es mucho menor de lo que dicen (...) No llegan a 30 o 40 individuos que están presos hace mucho tiempo y se dedican a vender drogas. Nosotros hemos ahogado ese tráfico con grandes arrestos", dijo.