Diversas críticas ha despertado en Junín, la demolición que ha hecho la comuna de una antigua construcción de principios de siglo XX: se trata del Hotel de los Inmigrantes, que se ubicaba frente al predio de los ferrocarriles y que la comuna compró con la idea de construir allí una residencia para estudiantes universitarios.
Y es que el municipio decidió derrumbar el antiguo edificio, luego de haber anunciado otros planes para el lugar: en 2012, cuando la comuna adquirió la propiedad, dijo en un comunicado de prensa que restauraría esa edificación, “como parte de un proyecto de recuperación de espacios históricos”; meses más tarde y luego de una inspección técnica al lugar, la comuna cambió de planes e informó que demolería el antiguo hotel, pero prometió mantener en pie la fachada original: una estructura de estilo neoclásico con cornisas y molduras, balcones y barandas de hierro forjado.
“Aunque se ha mantenido en pie durante casi un siglo, no hay garantía de que se adapte a los Códigos de edificación vigentes y el asunto es muy delicado, teniendo en cuenta que allí van a vivir decenas de jóvenes”, argumentaron en aquel momento desde el municipio.
Pero lo cierto es que la construcción fue finalmente derrumbada, sin preservar la fachada, una decisión que despertó la crítica de algunos vecinos interesados en conservar una de las edificaciones más antiguas y con más historia del departamento.
Frente a esto, la comuna salió a defender su decisión y asegura que “no había manera de mantener en pie la fachada, sin peligro para la gente”; un argumento cuestionado, especialmente por un grupo de arquitectos que forman una comisión llamada Recuperadores de Historia y Patrimonio Cultural.
Antecedentes
El Hotel de los Inmigrantes fue inaugurado en 1920 en la esquina de 25 de Mayo y Espejo, eso es el límite de Junín con San Martín y frente a los ferrocarriles. El lugar tenía dos plantas, once habitaciones en balcón, patio interno, un salón grande, cocina y baño. Durante años, fue el principal alojamiento de la zona y supo albergar los primeros sueños de las familias que llegaban en tren, buscando hacerse de un futuro.
Pero pasado el esplendor de las primeras décadas, el hotel tuvo una mala vejez y terminó ensombrecido, alojando a hombres y mujeres del submundo de la noche que solían reunirse en el bar de persianas oxidadas que funcionaba en la ochava.
Osmán Caylá, titular de la comisión restauradora que cuestiona al municipio, fue hasta 2016 presidente de la regional Este del Colegio de Arquitectos de Mendoza: “Esto es un atentado a un bien histórico, patrimonio de esta comunidad. El municipio ha cometido un grave error al demoler un edificio que está protegido por la legislación actual”.
Y es que según el arquitecto, “cualquier edificio propiedad del Estado con más de 50 años, no puede ser demolido sin seguir un protocolo establecido, que incluye una audiencia pública y acá nada de eso ocurrió. A partir de que la comuna compró el hotel, pasó a ser un edificio público y estaba protegido. Se destruyó sin haber preservado su fachada, cuando existen muchas técnicas de conservación, para hacerlo sin riesgos”.
Por su parte, el intendente Mario Abed se puso a la cabeza de la defensa de su proyecto: “Soy el primero al que duele haber demolido el hotel, pero no tuvimos alternativa. Hicimos un estudio con la UNCuyo y el resultado arrojó que el edificio se ha hundido diez centímetros, como resultado del paso del tren a lo largo de todos estos años, pero además no había hierros en condiciones y las paredes se desgranaban”, aseguró el jefe comunal.
“Soy el primer responsable si por conservar la fachada terminamos con un accidente -agregó-. Además, hemos hecho un relevamiento fotográfico porque la idea es reproducir la antigua fachada en la nueva construcción; por último, ese edificio no era patrimonio histórico, nunca hubo una declaración en ese sentido”. concluyó.
Una solución para más 1.500 estudiantes de la región
El futuro alojamiento para estudiantes, que Junín levantará donde estuvo el hotel de Los Inmigrantes, tendrá 60 plazas y servirá de alojamiento a los estudiantes de otros distritos o departamentos, que cursan en el centro universitario del Este, a menos de cien metros, en el predio del ferrocarril.
Ese centro universitario se construyó en cuatro etapas que fueron sumando aulas y espacios, gracias a la recuperación de galpones ferroviarios.
Desde 2013, cuando arrancó el proyecto, Junín y San Martín firmaron acuerdos con las universidades Maza, Congreso, Aconcagua y UNCuyo para el dictado de una veintena de carreras.
Entre otras, allí se cursa Nutrición, Abogacía, Educación Física, Kinesiología y Contabilidad. El centro universitario del Este arrancó con 500 estudiantes y hoy suman más de 1.500 alumnos.
Rivadavia tiene un nuevo centro universitario
El próximo ciclo lectivo tendrá en Rivadavia un nuevo complejo educativo, que se construyó reciclando viejos galpones del ferrocarril y con fondos de la comuna. La obra incluye media docena de aulas, sanitarios y administración, y será destinada a carreras terciarias; además, el proyecto municipal prevé una segunda etapa que duplicará la cantidad de espacios.
La obra comenzó a tomar forma en mayo, cuando el municipio dispuso 7,5 millones de pesos para recuperar la estructura de un viejo galpón ferroviario de 120 metros de longitud, el más grande de la región y que estuvo abandonado durante 20 años.
Así, dentro de esta primera etapa, que abarcó obras sobre la mitad del galpón, se hicieron trabajos en distintos frentes: por un lado, se reforzó la estructura de las columnas para luego impermeabilizar los techos, pero además, se construyó un pequeño edificio aledaño, a modo de fuelle, donde se levantan las oficinas y los sanitarios.
“Esta etapa está terminada en un 97%, solo quedan algunos detalles internos, la parquización y el cierre perimetral”, explicó Hernán Amat, secretario de Gobierno y aunque inicialmente, el plan era tener habilitada esta etapa a fines de la primavera, “las lluvias llevaron a que el proyecto se retrasara, pero todo estará listo para el nuevo ciclo lectivo”.
Con la idea de aprovechar las instalaciones al máximo, el municipio busca que el nuevo complejo universitario pueda funcionar en tres turnos; en cualquier caso y pese a que el establecimiento aún no está habilitado, se sabe que por la mañana ocuparán las aulas los estudiantes del Instituto de
Educación Física (IEF) y que por la tarde lo hará el Instituto Superior de Educación Técnica (Insutec), que en Rivadavia dicta una Tecnicatura en gas y petróleo. “Además estamos viendo la posibilidad que se dicten allí las clases teóricas del curso de piloto de avión que este año ofrecerá Aerotec, en un convenio con la UNCuyo y la comuna”, agregó.